En Ardèche, una “capa freática artificial” para evitar cortes de agua


El verano aún está lejos, pero en Francia ya hay escasez de agua. Después de un invierno anormalmente seco en varias regiones francesas, el nivel de algunas capas freáticas es bajo. Nueve departamentos, principalmente en el oeste y sur de Francia, están actualmente sujetos a restricciones en el uso del agua.

En el sur de Ardèche, Pascal Waldschmidt, vicepresidente de la comunidad de municipios de Pays Beaume-Drobie, está preocupado por el empeoramiento de las sequías. Para anticiparse a cualquier corte de agua en el pueblo de Beaumont, cuyas reservas disminuyen en verano, el funcionario electo dirige un proyecto experimental. “Estamos instalando un tanque de agua enterrado lleno de arena (REEPS), una especie de nivel freático artificial”explica el que fue alcalde del pueblo durante veinticuatro años.

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En su región, los episodios de Cevennes provocan fuertes lluvias en invierno, pero en verano, “Pueden pasar dos meses sin que llueva una gota”, relata Pascal Waldschmidt. En agosto, la fuente del Môle, la más cercana a este pequeño pueblo, ve su caudal dividido por tres en comparación con la temporada de invierno. El depósito enterrado, con una capacidad de 200 metros cúbicos, debe asegurar el acceso al agua de los 250 habitantes del pueblo, a los que se suman un millar de veraneantes en verano.

Almacenar agua potable en la arena.

En Francia, esta es la primera vez que un municipio crea un REEPS. Patentado por la empresa franco-malgache Energis, el sistema permite almacenar un 95% de agua clarificada en un estanque lleno de arena y enterrado. En su estado natural, una pila de arena contiene aproximadamente un 40 % de aire, que se aloja entre los granos. Al infiltrarse entre los granos de arena, el agua ocupa el lugar del aire sin aumentar el volumen del montón de arena. Así, el material se puede guardar en una lona hermética y enterrar bajo 50 centímetros de tierra. Las propiedades filtrantes de la arena evitan la lentitud del agua clarificada, que puede almacenarse durante varios años, antes de ser potabilizada.

«Es más o menos el mismo principio que una torre de agua, pero mucho más barato y con una huella de carbono mucho menor»., explica Thierry Labrosse, contactado por teléfono. El francés, inventor del REEPS, quería crear un dispositivo que requiere pocos materiales: una lona impermeable, arena y una bomba para extraer el agua. En 2011, ganó una medalla de oro en el concurso Lépine por su invento. Desde entonces, ha instalado alrededor de 70 depósitos de agua de lluvia en Madagascar, donde reside desde hace varios años.

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