En Bélgica, la Iglesia católica acusada de haber dado a bebés en adopción sin el consentimiento de sus madres


Si bien el escándalo de los delitos contra niños se reactivó en septiembre con la emisión deolvidado por dios, un programa de la televisión pública flamenca y la creación de una nueva comisión parlamentaria de investigación, la Iglesia católica belga se ve sacudida violentamente por un nuevo asunto. El periódico Het Laatste Nieuws reveló el miércoles 13 de diciembre que al menos 30.000 bebés nacidos de mujeres jóvenes solteras, enviados por sus padres a instituciones religiosas para dar a luz, habían sido separados por la fuerza de sus madres y vendidos a padres adoptivos. Esta práctica habría estado vigente desde la posguerra hasta principios de los años 1980.

Lea también: Artículo reservado para nuestros suscriptores. En Bélgica, un documental revive el impacto de la violencia sexual en la Iglesia católica

Antes de dar a luz a su hijo, las mujeres jóvenes eran obligadas a trabajar en los lugares donde estaban colocadas y se les prohibía cualquier comunicación. Algunos testificaron sobre humillaciones y violencia sexual perpetradas por las monjas, o incluso sobre esterilizaciones forzadas.

El asunto suscita aún más emoción desde que una representante electa flamenca habló en el podio de la Cámara de Representantes el 14 de diciembre para contar, entre lágrimas, su propia historia. Yngvild Ingels, socióloga de 43 años y miembro del partido nacionalista flamenco N-VA, recibió al nacer el nombre de Emmanuelle-Claude (probablemente el de la monja que asistió al parto en un claustro), antes de ser confiado para 6.500 francos belgas de la época (unos 600 euros en poder adquisitivo actual) a una pareja sin hijos. “Tu madre era muy pequeña y no podía cuidarte”le enseñaron sus padres adoptivos cuando tenía 7 años.

Según el parlamentario, la pareja no sabía mucho más sobre un asunto resuelto a través de la asociación Cáritas Católica y de la institución, cerca de Dunkerque, donde la había dado a luz su madre biológica. Los padres adoptivos también esperaban un niño, del que les dijeron que había muerto.

Archivos desaparecidos

Hoy, Sr.a mí Ingels todavía espera identificar a sus padres biológicos, pero, según los informes, todos los registros relacionados con estas adopciones han desaparecido. Ella sólo sabe lo que dice el estado civil: “Nacido en Dunkerque de ascendencia desconocida el 1ejem Enero de 1979”. “Quienes concretaron mi adopción debieron saber muy bien quiénes eran mis padres biológicos”declaró el viernes en Het Laatste Nieuws. Como, sin duda, los médicos, abogados y jueces que, en su momento, intervinieron para facilitar estas transacciones.

Te queda el 50% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.



Source link-5