En Bolivia, gigantescos incendios forestales finalmente están bajo control


Durante una semana a finales de octubre, habitantes de varias ciudades de Bolivia, incluida La Paz, la capital, se vieron sumidos en una espesa nube de humo negro y aire irrespirable, provocada por gigantescos incendios forestales. El 23 de octubre, el servicio nacional de meteorología e hidrología contabilizaba más de 3.070 focos en todo el país, y una quincena de incendios activos de gran magnitud. El lunes 30 de octubre, el viceministro de Defensa Civil de Bolivia, Juan Carlos Calvimontes, anunció que los incendios estaban bajo control.

La grave contaminación del aire obligó a las autoridades a cerrar escuelas públicas y privadas, desde el miércoles 25 de octubre hasta el viernes 27 de octubre, en cuatro de los nueve departamentos de Bolivia: Beni (centro norte), Santa Cruz (este), La Paz (oeste) y Cochabamba (centro). El lunes 30 de octubre las escuelas pudieron reabrir, pero la calidad del aire en varias grandes ciudades seguía gravemente degradada.

La valoración del desastre es aún parcial. No hubo víctimas humanas, pero cientos de animales fueron diezmados, incluidos monos, armadillos y tortugas. Miles de hectáreas de bosques y árboles endémicos, así como cultivos, se han consumido y los incendios también han arrasado zonas naturales protegidas. Según el Ministerio de Medio Ambiente, desde principios de año se han quemado alrededor de 2 millones de hectáreas de bosques y pastos.

Registros de deforestación

Los incendios forestales, que han quedado fuera de control debido a los violentos vientos y la sequía que azotan al país andino, son provocados cada año al final de la estación seca por agricultores que practican la técnica tradicional de «cada o» – quema – destinada a preparar la tierra antes de la siembra. Sin embargo, su prohibición había sido decretada desde el 1ejem agosto, en la región de Santa Cruz, la ciudad más grande del país con 2,2 millones de habitantes y motor económico. En esta capital del agronegocio, los incendios generalmente se inician para hacer retroceder la frontera agrícola y ganar nuevas tierras en el bosque.

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Bolivia es el tercer país del mundo, según Global Forest Watch, con mayor nivel de pérdida de bosque primario y ostenta récords de deforestación, particularmente en la Amazonía, que cubre el 40% de su territorio.

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