Cuatro elecciones legislativas en dieciocho meses y aún sin perspectivas de un gobierno estable. Convocados a las urnas el domingo 2 de octubre para nuevas elecciones anticipadas, tras la caída en julio del efímero gobierno del centrista europeísta Kiril Petkov, los ciudadanos búlgaros han vuelto a elegir un Parlamento fragmentado y polarizado, que no debe permitir que la formación de una mayoría, prolongando la crisis política que sacude a este país balcánico desde abril de 2021.
Esta crisis tiene su origen en el deseo de volver al poder del exprimer ministro conservador Boïko Borissov, de 63 años, que dirigió el país de forma casi ininterrumpida entre 2009 y 2021 multiplicando los escándalos de corrupción. Su partido, el GERB (Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria), notablemente estable, se impuso en las elecciones del domingo, con el 25,4% de los votos, según los resultados casi definitivos. Pero este expolicía, acostumbrado a dormir con una pistola en la mesilla de noche, hasta ahora no ha podido encontrar fuerzas políticas dispuestas a apoyarlo para formar una mayoría, por el profundo rechazo que suscita entre algunos búlgaros.
En su lugar, Kiril Petkov, un exempresario de 42 años formado en Harvard, había logrado un sorprendente avance en las terceras elecciones legislativas anticipadas de noviembre de 2021, prometiendo luchar contra la corrupción. Pero su gobierno, integrado por cuatro partidos con diferentes orientaciones geopolíticas, se derrumbó rápidamente, tras mostrar divisiones por las relaciones que mantendrá con Rusia, en un país donde toda una parte de la opinión pública sigue siendo rusófila. El domingo quedó en segundo lugar, con el 20,2% de los votos, cinco puntos menos que en las elecciones legislativas anteriores.
Perfiles demasiado sulfurosos
A pesar de este puntaje decreciente, nuevamente descartó formar una coalición con el Sr. Borissov. “Prometimos que no formaremos una coalición con el GERB y cumpliremos esta promesa”, dijo el Sr. Petkov el domingo por la noche. Sin embargo, a diferencia de noviembre de 2021, no debería poder formar un gobierno alternativo. De hecho, sus aliados salientes en el Partido Socialista y el partido de centro-derecha Bulgaria Democrática solo deberían obtener 45 escaños, lo que significa que la coalición saliente no tiene perspectivas de alcanzar la mayoría requerida de 121 escaños.
Varias otras pequeñas formaciones podrían, por supuesto, permitir completar una mayoría, pero todas tienen un perfil demasiado sulfuroso. El Movimiento por los Derechos y las Libertades, que representa a la minoría turca, logró un sorpresivo avance con el 13,7% de los votos, pero su imagen sigue asociada a los múltiples casos de corrupción de los últimos años, sin contar que presentó en sus listas al oligarca Delyan. Peevski, sancionado en 2021 por Estados Unidos «por su importante papel en la corrupción en Bulgaria».
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