En el menú de los Juegos Olímpicos, 13 millones más de comida local y más vegetal


En dos años, el Juegos Olímpicos llegar a París. Un evento que la capital prepara asiduamente. Los organizadores están trabajando en futuros sitios, pero también en comidas: en 2024, los Juegos Olímpicos se convertirán en el restaurante más grande del mundo. Se distribuirán trece millones de comidas. Y en la tierra de la gastronomía, no se lo puede perder. Para la ocasión, la organización cuenta con un plato doblemente vegetal.

80% productos franceses y locales

Más verduras, con lechuga, remolacha, calabacín, semillas y sobre todo 80% de los alimentos producidos en Francia. Los organizadores quieren ofrecer a los deportistas y espectadores una alimentación sana apoyándose en los productores locales. Se honrarán los circuitos cortos, colaborando con productores ubicados en un radio de 250 kilómetros alrededor de cada sitio.

Solo se importará el 20% de los productos, incluidos café, té y cacao. El objetivo es reducir a la mitad la huella de carbono de un plato, de ahí la idea de ofrecer también más alimentos de origen vegetal que animal. Los organizadores también quieren reducir a la mitad el uso de plástico de un solo uso.

Un plato olímpico estrellado

Tendrá que adaptarse también, y sobre todo, a la dieta de los 15.000 deportistas que, en función de su deporte favorito, no se alimentarán de la misma forma. En la villa olímpica ubicada en St-Denis, la ciudad del cine acogerá nada menos que una quincena de restaurantes, con una cocina muy diversificada y de calidad. Por eso los organizadores confiaron en grandes chefs como Alejandro Mazziatres estrellas Michelín.

“Habrá que enriquecerse con cereales, lentejas, de forma agradable pero sobre todo saludable”. Un desafío que asumirá el Chef Mazzia.

En la tierra del queso, el jamón y la baguette, el plato olímpico debe hacer honor a la tradición culinaria de nuestro país : Saint-Nectaire, Brie de Meau, pero también el lucio y el salmón del Loira están en el menú. Desafíos finales: evitar el despilfarro de alimentos y mantener los precios, a pesar de la subida de los precios del trigo ligada a la guerra en ucrania.



Source link-59