En Hungría, los opositores de Viktor Orban se manifiestan en torno a Péter Magyar


Ervin Nagy, actor destacado en Hungría, abandonó los escenarios y los estudios cinematográficos para desfilar por las calles. Como a miles de personas más, le invade la fiebre magiar, que lleva el nombre de este disidente que desafía a Viktor Orban. El domingo 5 de mayo participó en una gran manifestación en la ciudad de Debrecen (en el este del país), bastión del Fidesz, el partido del primer ministro nacionalista, a un mes de las elecciones europeas.

Frente a decenas de miles de personas que pedían “Expulsar a Orban” del poder, Péter Magyar, un ex alto funcionario que se rebeló, saludó “Esta primavera húngara y el viento de cambio que nadie puede detener”.

Desde su irrupción en la escena política en febrero, ha atraído a varias celebridades a su lado en su lucha. Entre ellos, Ervin Nagy quiere creer en «renovación» del país centroeuropeo y no se pierde ni un solo evento. Incluso puso a disposición su camión de plataforma, desde el cual una tarde el tribuno habló espontáneamente a la multitud.

“No tuvimos tiempo de buscar un podio”dice el actor de 47 años. “Flotaba como una melodía de la revolución de 1956”enciende, en alusión al levantamiento en Hungría contra el control soviético. “Ha llegado el momento de un cambio de régimen”añade a la multitud Krisztian Kovacs, un contable de 29 años que vino especialmente desde la capital, Budapest.

Un desafío para Viktor Orban

Desde el regreso de Viktor Orban al poder en 2010, Hungría nunca había experimentado un movimiento de protesta así, según los expertos, que hablan de un desafío sin precedentes para el líder. Tras el escándalo provocado por el indulto concedido a un hombre condenado por un caso de abuso infantil, Péter Magyar supo capitalizar la ira de los húngaros. “Apático y frustrado” por un poder indestructible, “De repente se sintieron galvanizados por la llegada de esta figura sensata e imprudente”afirma Ervin Nagy.

En sólo tres meses derrocó a los partidos de oposición existentes y con su discurso conservador ataca la corrupción que, a sus ojos, está arruinando al país. Su movimiento, Tisza (Respeto y Libertad), cuyo objetivo es “ni izquierda ni derecha”cuenta actualmente con un 25% de intención de voto entre los electores que están seguros de su elección, según una reciente encuesta realizada por el instituto Median entre 1.000 personas con vistas a las elecciones europeas del 9 de junio.

Su punto fuerte, para quienes lo apoyan: conocer el sistema desde dentro. Diplomático desde hace mucho tiempo en Bruselas, el carismático abogado de 43 años también compartió durante años la vida de Judit Varga, ex ministra de Justicia, con quien tuvo tres hijos.

Si Viktor Orban ignora la llegada de este competidor, su partido “trabaja duro para cortarlo de raíz” esta ola de protestas, descifra el analista Zoltan Lakner. Carteles que lo acusan de “sirviente de Bruselas” han florecido en el país, mientras que los periódicos progubernamentales han publicado decenas de artículos para manchar su reputación, desde acusaciones de violencia doméstica –que él niega rotundamente– hasta comentarios sobre su “gafas de sol para mujer”.

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La oposición fragmentada, un obstáculo a superar

Una nueva autoridad de control, creada para impedir “interferencia extranjera” en el proceso electoral, también inició una investigación en su contra. » Si [Péter] Magyar consigue unir a los votantes de la oposición »El partido, hoy fragmentado en varios partidos pequeños, podría representar un peligro real para el poder, considera el politólogo Zoltan Lakner. Aunque otros juzgan que el movimiento es incapaz a estas alturas de derrocar al Primer Ministro, que ha ido alineando a los contrapoderes a lo largo de catorce años.

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Sin desanimarse, Péter Magyar inició hace varias semanas una gira por las provincias para recoger votos, y su visita a Debrecen le permitió confirmar su popularidad. «No tenemos miedo»coreó la multitud, mientras Ervin Nagy afirma haber sido “colocado en una lista negra” por haberse atrevido una vez a criticar a un miembro del Fidesz. Hungría se convirtió “una especie de minidictadura”afirma. “No te matan a golpes, pero si hablas en contra de las autoridades, habrá consecuencias. »

El mundo con AFP

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