En la Banque de France, la dolorosa “resonancia” de los suicidios de empleados


Dramas humanos individuales y malestar colectivo. En un clima de tensión tuvo lugar el martes 23 de abril la reunión del comité social y económico central (CSEC) de la Banque de France. En el orden del día está el informe pericial de la firma especializada Technologia, encargado en octubre de 2023 a petición de representantes del personal tras tres casos de suicidio de empleados de la institución, uno de los cuales había dejado una carta destacando la causa a su empleador.

Este supervisor trabajaba en un departamento de control interno del Centro Fiduciario París-La Courneuve, un centro de almacenamiento, clasificación y distribución de billetes para el norte de Francia, inaugurado en 2019 tras el cierre de un centro situado en París. El cuarto cierre de sitio que experimenta este agente durante su carrera.

Una investigación interna, independiente del peritaje, concluyó, sin convencer a la dirección, que existía un vínculo entre el suicidio de este agente y su puesto de trabajo, citando en particular «un contexto laboral hostil».

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El informe de Technologia, cuyo objetivo principal era no comentar este caso, evoca una fuerte “resonancia institucional” de los suicidios de 2023, confirmada por la medicina del trabajo. En términos más generales, esto pone en duda el impacto, sobre el trabajo de los agentes y el clima social, de las múltiples transformaciones dentro de la institución durante los últimos diez años.

Se sugiere “gran vigilancia”

Estas reestructuraciones, que la dirección justificó por la necesidad de adaptar el banco a la evolución de sus misiones y cumplirlas «al mejor coste», se tradujeron en una reducción de plantilla del 26,5% entre 2015 y 2023, hasta menos de 9.000 personas. Para Technologia, esta transformación “tuvo fuertes consecuencias sobre el trabajo de los agentes, en todas sus dimensiones”, hasta el punto de que estas consecuencias hoy requieren “la mayor vigilancia”. Sobre todo porque para el gabinete, el “pacto social” del Banco que combina misiones de servicio público, la » orgullo « trabajar en una gran institución, seguridad laboral y un modelo social favorable “comienza a ser cuestionado”.

De fondo, una evolución significativa en la “sociología” del Banco, ya que la plantilla no ejecutiva disminuyó un 17% entre 2019 y 2022 mientras que la de los ejecutivos aumentó un 10%, un mayor uso de trabajadores subcontratados, cuyo número aumentó un 26,8% en tres años, y una política salarial que limita la progresión del punto del índice a favor de “complementos retributivos” variables.

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