Aunque China ha abandonado en gran medida la notificación de casos de COVID-19, la evidencia de su ola masiva de infección aparece fácilmente en los aeropuertos fuera de sus fronteras.
En un vuelo del 26 de diciembre desde la ciudad suroriental de Wenzhou, China, a Milán, Italia, el 42 por ciento de los 149 pasajeros a bordo dieron positivo por COVID-19 al llegar, según un estudio publicado el jueves en la revista Eurosurveillance.
Los investigadores italianos detrás del estudio también observaron las tasas de positividad de las pruebas de otros tres vuelos desde ciudades del este de China a Italia, dos a Milán y dos a Roma, todos a fines de diciembre. En conjunto, el 23 por ciento de los pasajeros de los cuatro vuelos (126 de 556 pasajeros) dieron positivo por SARS-CoV-2. Los otros tres vuelos tuvieron tasas de positividad del 19, 11 y 14 por ciento.
Los pasajeros fueron evaluados con pruebas rápidas de antígenos o pruebas de PCR. Las pruebas de antígeno positivas se confirmaron con pruebas de PCR. Lo más probable es que las pruebas capturaran a personas con casos leves o asintomáticos, así como a aquellos que se habían recuperado recientemente. Las pruebas de PCR pueden permanecer positivas durante semanas después de una infección.
Similar a los datos italianos, The Washington Post informó hace aproximadamente una semana que había visto datos de la Agencia de Prevención y Control de Enfermedades de Corea que indicaban que el 23 por ciento de los visitantes a corto plazo de China a Corea (314 de 1352 examinados en el aeropuerto) fueron positivos para SARS-CoV-2 entre el 2 y el 6 de enero.
Las tasas revelan una infección masiva en China, que se espera pero no está bien documentada. Cuando China eliminó abruptamente su política de cero COVID el mes pasado, abandonó las pruebas masivas y en gran medida renunció a informar casos. Mientras tanto, el virus ha estado arrasando con una población que es, como señalan los investigadores italianos, «una población altamente vacunada pero sin infección previa».
Los modelos actuales estiman que podría haber 1,5 millones de nuevas infecciones diarias en China, y más de 1 millón podrían morir en las próximas semanas. Los expertos en salud están particularmente preocupados por la propagación de enfermedades en medio del próximo Año Nuevo Lunar el 22 de enero, cuando millones de personas en China viajan para ver a la familia para las festividades. Se espera que el movimiento cambie la alta transmisión de las grandes ciudades a las zonas rurales más vulnerables.
Benjamin Cowling, epidemiólogo de la Universidad de Hong Kong, le dijo a The Washington Post que las tasas de infección hasta el momento son «completamente consistentes con los pronósticos de que la mayoría de la población de las principales ciudades ya ha sido infectada».
Una buena noticia es que los investigadores italianos secuenciaron el genoma completo del virus de 61 pasajeros y, en ese muestreo, no encontraron ninguna variante nueva o alarmante. El muestreo arrojó sublinajes de omicron BA.5.2, BF.7 y BQ.1.1, que se han visto en otros lugares. Los datos coinciden con lo que se ha informado en otros lugares y desde China.