Al menos trece personas, incluidos niños, fueron asesinadas el domingo 25 de junio por ataques aéreos rusos en una región rebelde en el noroeste de Siria. Según una ONG, es el ataque más mortífero del año en este país devastado por la guerra.
Estos ataques aéreos golpearon la provincia de Idlib, incluido un mercado de frutas y verduras en esta ciudad, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Nueve civiles, incluidos dos niños, murieron. Otras cuatro personas murieron en otro ataque no lejos de Idlib, según la misma fuente. “Estas incursiones rusas son las más mortíferas en Siria este año y constituyen una masacre”dijo a la Agence France-Presse (AFP) Rami Abdel Rahmane, director de la OSDH con sede en el Reino Unido.
Las fuerzas rusas, aliadas con el régimen sirio, llevaron a cabo los ataques en respuesta a los ataques con drones rebeldes que mataron a cuatro civiles, incluidos dos niños, la semana pasada, dijo Abdel Rahman.
Al menos una treintena de heridos
Ahmed Yazigi, miembro de la defensa civil en Jisr Al-Choghour, localidad controlada por los rebeldes, informó de nueve muertos, sin precisar si había combatientes entre ellos. El Sr. Yazigi denunció “un ataque directo a un mercado popular, una fuente de ingresos esencial para los agricultores”.
Según el director de la OSDH, Rami Abdel Rahmane, que cuenta con una gran red de fuentes en Siria, al menos una treintena de civiles resultaron heridos en los ataques rusos. «Seis civiles murieron en Jisr Al-Choghour y tres combatientes rebeldes murieron cerca por ataques aéreos rusos». Un civil, un combatiente del Partido Islámico de Turkestán (TIP) y dos hijos de combatientes del TIP también murieron en un ataque cerca de la ciudad de Idlib, según Abdel Rahman.
Los miembros del TIP, en su mayoría de la minoría musulmana uigur de China, viajaron a Siria después de 2011 para ayudar a las formaciones yihadistas, incluida Hayat Tahrir Al-Cham (HTS), dominada por la antigua rama local de Al-Qaeda.
Varios millones de desplazados desde el comienzo de la guerra
Rusia es el principal partidario del régimen del presidente sirio Bashar Al-Assad y ha estado interviniendo militarmente en Siria desde 2015. Con el apoyo de Rusia e Irán, el régimen sirio ha recuperado la mayor parte del territorio perdido al comienzo de la guerra. desencadenada en 2011 por la represión de las manifestaciones a favor de la democracia.
El último foco de oposición armada al régimen incluye amplias zonas de la provincia de Idlib (oeste), así como territorios limítrofes con las provincias de Alepo, Hama y Latakia. El HTS es el principal grupo activo en esta región, donde también hay otras facciones rebeldes menos influyentes, apoyadas en mayor o menor grado por Turquía.
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La guerra en Siria ha matado a más de medio millón de personas, según la OSDH, y ha desplazado a varios millones de personas.