Entre 49.3, negociaciones falsas y amenaza de disolución, el mundo político busca una salida


Momentos de armonía en el corazón de un otoño a veces convulso, a menudo sombrío. Luego de semanas vividas al ritmo de 49.3, acalorados debates sobre mociones de censura y amenazas de disolución, la Asamblea Nacional, en la noche del martes 8 al miércoles 9 de noviembre, vivió un momento banal: la aprobación sin dificultad del proyecto de ley de reforma de finanzas para el presupuesto de 2022. Quizás esto no sea «no solo un simple paréntesis», dejó ir al Ministro Delegado de Cuentas Públicas, Gabriel Attal. Al mediodía de este miércoles también se llegó a un acuerdo en una comisión mixta entre los parlamentarios de la coalición presidencial y los republicanos (LR) sobre el proyecto de ley del seguro de desempleo. Dos destellos de normalidad en el seno de una legislatura caótica.

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Pero estas señales de esperanza para el ejecutivo y su mayoría relativa son aún muy efímeras. En un panorama político fragmentado, todos se preguntan cuánto tiempo podrá resistir este estancamiento, intercalado con momentos febriles. Si bien la cuádruple utilización del artículo 49.3 de la Constitución por parte de la Primera Ministra, Elisabeth Borne, durante los exámenes en primera lectura de los textos presupuestarios ha permitido pasar esta etapa sin demasiados problemas, el mundo político no ha podido renovar. Ni la coalición presidencial ni las oposiciones logran encontrar compromisos consistentes.

Para el presidente del grupo centrista en el Senado, Hervé Marseille, este uso del 49,3 “Esconde el dolor del momento, pero una vez que no haya más 49,3 posibles, será más difícil despertar”. Por ejemplo en la primavera de 2023, cuando el proyecto de ley de inmigración y sobre todo la peligrosa reforma de las pensiones estén en el Parlamento, donde La France insoumise (LFI) ya ha anunciado su intención de presentar decenas de miles de enmiendas.

Si Elisabeth Borne llama desde las elecciones legislativas a la oposición a “construyendo mayorías” texto por texto, dentro de la mayoría, cada vez más funcionarios electos dudan ahora de la viabilidad de tal ambición. “Ya sea en el Rally Nacional [RN], entre Les Républicains, o los “rebeldes”, que hoy tienen interés en construir consenso? »se pregunta el diputado renacentista de Gironde Florent Boudié, para quien “la única forma que han encontrado estas formaciones políticas para existir en un contexto de despolitización de la sociedad, de abstención muy fuerte, es la radicalidad en su expresión”.

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