‘Es increíble que en 2022 el sexo siga siendo un tabú’: Manuel Abramovich sobre la ‘Pornomelancolía’ de San Sebastián Lo más popular Suscríbete a los boletines de variedades Más de nuestras marcas


Seleccionada para la competición principal, “Pornomelancolía” se estrenó en San Sebastián durante el primer fin de semana del festival. Un título de moda latinoamericano en el festival el año pasado cuando se presentó en la sección pix-in-post WIP Latam, “Pornomelancolía” abre una ventana a la vida detrás de escena de un influencer porno, Lalo. Pero, el director argentino Manuel Abramovich, quien ganó el Oso de Plata 2019 en Berlín con su cortometraje “Blue Boy”, dijo Variedad“Pornomelancolía no es una película sobre pornografía, es una película sobre cómo nos enfrentamos a la mirada de los demás”.

“Pornomelancolía” se formó como parte de Ikusmira Berriak de 2018, un programa de residencia en San Sebastián, que es uno de los laboratorios de desarrollo más importantes de España. La película es producida por Gema Films en Argentina, con Desvia Filmes de Brasil, Dublin Films con sede en Burdeos y Marthfilms de México. Luxbox maneja las ventas internacionales; Filmin se encargará de la distribución en España.

Variedad habló con Abramovich.

La película trata sobre la vida privada de una figura pública. ¿Cómo encontraste el tono adecuado para crear una historia tan íntima sobre un aspecto tan público de la vida de Lalo?

En mis películas me interesa reflexionar sobre los diferentes personajes que interpretamos para vivir –y sobrevivir– en sociedad, en familia o en instituciones. Me interesa invitar a las personas a convertirse en personajes, a explorar esos espacios ficticios que creamos en nuestras propias vidas. Son obras basadas en la confianza y la colaboración que buscan encontrar formas de escenificar la intimidad.

‘Pornomelancolía’ no es un documental sobre Lalo Santos. Es una película hecha con él. Juntos durante el proceso, hablamos de todos estos temas y los transformamos en escenas. Combinando elementos más propios del documental, junto con otros más cercanos a la ficción. Fue un proceso de pruebas y experimentación que solo fue posible gracias a nuestra complicidad y al apoyo del equipo. Este fue nuestro punto de partida y retorno permanente para construir formas concretas de colaborar juntos.

Me intrigaba cómo maneja Lalo la relación con su Madre, ¿puedes describir la importancia de la figura de la Madre y por qué es tan importante para Lalo?

Siempre pienso en la familia como el primer espacio dramático de nuestra vida, la primera etapa. Pienso en la madre –las madres– como un espacio de contención, de amor y cuidado, como un espacio seguro al que acudir frente al estado general de melancolía de la película, y sobre todo frente a la masculinidad como sistema opresor que encierra y nos aleja de nuestros sentimientos. Por eso decidí que ‘la madre’ debe ser una construcción fuera de campo, que nunca debemos verla directamente. Un espacio emocional al que Lalo -o el espectador- podía recurrir durante la película para sentirse cuidado y amado. En la película, además, tomé la decisión consciente y política de resaltar la ausencia de mujeres, algo que me llamó la atención cuando comencé la investigación de este proyecto en el contexto del mundo del porno gay. En ese sentido, decidí que las pocas mujeres que aparecen en la película cumplirían roles específicos de cuidado y autoridad.

La pornografía es una línea de base realmente extraña para las historias, incluso en nuestra era moderna. ¿Le resultó difícil trabajar en ese mundo? ¿Y cómo abordaste el aspecto visual de la misma? ¿Sientes que en nuestro mundo contemporáneo los narradores pueden basar sus narrativas en torno al porno con más aceptación por parte del público?

Es increíble que en 2022 el sexo siga siendo un tabú en nuestras vidas. Sin embargo, cada vez hay menos pudor para hablar de sexo, y es menos complejo acceder a estas representaciones ya que la sexualidad también ha invadido las redes sociales y ha hecho que cualquiera pueda ser productor porno. En la película, la pornografía es un contexto para hablar sobre los personajes que creamos de nosotros mismos y cómo lidiamos con la mirada de los demás en estos tiempos digitales.

¿Por qué sentiste que era importante contar la historia digital de Lalo?

Esa primera escena resume la película para mí. La sensación de estar rodeado de gente y al mismo tiempo sentirse completamente solo. “Pornomelancolía” no es la historia de Lalo, es la historia de todos. Es el reflejo de un sentir de este tiempo, sobre todo después de la pandemia. Vivimos en un sistema tan perverso que nos hace creer que somos libres porque podemos consumir, comunicarnos, mostrarnos, generar avatares de nosotros mismos. Vivimos escenificando nuestras vidas a través de las redes sociales, convirtiéndolas en ficción para una audiencia virtual que, a través de los likes, nos hace sentir menos solos.

Insertar una pantalla digital en una película es algo relativamente nuevo. ¿Cómo lo abordaste y, sobre todo, por qué elegiste esta opción para mostrar la interacción digital de Lalo, dada su importancia para la audiencia?

La pantalla del teléfono es quizás, en este momento del mundo, el espacio más íntimo de nuestras vidas. Muchas veces lo que vemos en una conversación virtual, un post o un Tweet conlleva un trabajo de creación “detrás de escena” que es invisible. Me pareció interesante crear un dispositivo para acceder a esa intimidad, para mostrar las costuras de nuestras interacciones sociales en la vida virtual. Me interesaba ver la pantalla de cine en la pantalla de un teléfono, como si estuviéramos dentro del propio teléfono, frente a esa única pantalla sin poder mirar nada más. Revelar a través de la pantalla las interacciones sociales, basadas en intercambios superficiales que la mayoría de las veces empobrecen nuestros intercambios personales.

¿Cómo describirías el tono de “Pornomelancolía”?

Preferiría no enmarcar la película en un solo tono e invitar a quien la ve a encontrar sus propias definiciones y preguntas. Me gusta pensar en “Pornomelancolía” como evidencia de un momento de la historia, esta vez que estamos viviendo: Donde la imagen que proyectamos de nosotros mismos se convierte constantemente en un espectáculo para los demás, una ficción. La intimidad se vuelve tan pública que es casi pornográfica. Creo que el título, que salió del propio protagonista, resume muy bien este sentimiento. “Pornomelancolía” no es una película sobre pornografía, es una película sobre cómo nos enfrentamos a la mirada de los demás.

Esta entrevista se abrevia para fines de publicación.

manuel abramovich

Cortesía de Luxbox





Source link-20