Esta es la primera vez que un presidente estadounidense en funciones cumple 80 años, pero Joe Biden, cuya edad se debate ya que planea buscar la reelección, no marcó particularmente la ocasión el domingo. Su esposa Jill Biden tardó hasta media tarde en publicar un cariñoso mensaje, con dos fotos de la pareja bailando con esmoquin y atuendo de gala. «No me gustaría bailar con nadie más. ¡Feliz cumpleaños, Joe! Te amo», tuiteó la primera dama.
No hay nadie más con quien prefiera bailar que contigo.
¡Feliz cumpleaños, Joe! Te amo. pic.twitter.com/7GmgE5vbqy
—Jill Biden (@FLOTUS) 20 de noviembre de 2022
Una Casa Blanca bastante tranquila
Esta es la única publicación de la Casa Blanca que no tenía previsto ningún acto público para el domingo y que no había indicado específicamente cómo, o incluso si, el presidente iba a celebrar su cumpleaños. El sábado, el presidente, por su parte, celebró otro importante hito familiar en la Casa Blanca: las nupcias de su nieta Noemí, cerradas a la prensa.
Es también con la familia con la que el demócrata pretende discutir su posible candidatura a la presidencia de 2024. De momento, repite que «tiene la intención» de empezar, y ha prometido hacer pública su decisión a principios del próximo año. . Según diversas encuestas, la mayoría de los estadounidenses rechaza la idea de una nueva candidatura.
Inicio del relevo generacional entre los demócratas
Si Joe Biden no es una excepción en el panorama político estadounidense, donde no es raro encontrarse con personalidades influyentes que han superado alegremente los 70 o incluso los 75 años, las elecciones de mitad de período han supuesto, sin embargo, el comienzo de un cambio de generación en su partido. La muy influyente Nancy Pelosi, de 82 años, por ejemplo, renunció el jueves a postularse para un nuevo mandato como presidenta de la Cámara de Representantes.
El presidente estadounidense se había sometido a un chequeo médico detallado hace aproximadamente un año, concluyendo que estaba «vigoroso» y «en buen estado de salud». Pero Joe Biden lleva, como los otros presidentes antes que él, las marcas de una función agotadora. Ahora es difícil olvidar su edad, traicionada por su andar más rígido y ciertos momentos de confusión.