Una noticia que tiene en vilo a Estados Unidos desde hace un mes y medio podría haber encontrado su conclusión. Un joven, sospechoso de haber matado a cuatro estudiantes en una pequeña ciudad universitaria del oeste de Estados Unidos, fue arrestado el viernes 30 de diciembre y acusado de «asesinatos»anunciaron las autoridades locales.
Bryan Kohberger, de 28 años, fue detenido en Pensilvania, a más de 4.000 kilómetros de la pequeña localidad de Moscú en Idaho, escenario, el pasado 13 de noviembre, de este crimen que ha suscitado muchas especulaciones.
Graduado de la Universidad Estatal de Washington, el sospechoso es dueño de un alojamiento en Pullman, a diez minutos en automóvil de Moscú, dijo el jefe de policía local, James Fry, en una conferencia de prensa. Según el sitio web de la universidad, Bryan Kohberger es estudiante de doctorado en criminología y derecho penal.
Fue acusado de «asesinato» y «entrar sin autorización para cometer un delito grave», pero los antecedentes penales permanecen sellados en espera de su transferencia a Idaho, dijo el fiscal Bill Thompson. Por ello, los dos hombres se negaron a evocar un posible móvil y a explicar cómo se le habían acercado los investigadores.
Una encuesta seguida en las redes sociales
James Fry solo dijo que se había localizado un automóvil visto en la escena del crimen y buscado durante varias semanas. Según medios estadounidenses, la policía logró establecer el vínculo entre Bryan Kohberger y este vehículo y encontró rastros de su ADN en la escena del crimen.
Hace siete semanas, cuatro cuerpos apuñalados fueron descubiertos en una residencia en la pequeña ciudad universitaria de Moscú. Eran cuatro estudiantes sin antecedentes: Kaylee Goncalves, Madison Mogen -ambos de 21 años-, Xana Kernodle y Ethan Chapin -de 20 años cada uno y en pareja-. Parecían haber sido asesinados mientras dormían, sin despertar a sus otros dos compañeros de cuarto.
La investigación, muy seguida en los medios y en las redes sociales, hace tiempo que parece estar paralizada, las autoridades entregando sus datos a cuentagotas. El viernes, el jefe policial reconoció que esto pudo haber generado «frustración». Pero da demasiados detalles. “podría haber alertado al sospechoso sobre el progreso realizado”agregó.