Explicación del final de Réquiem por un sueño: las muchas caras de la adicción


«Requiem for a Dream» termina con Sara, Harry, Marion y Tyrone acurrucados en posición fetal en camas, sofás y catres separados, como si fueran a retirarse a la seguridad del útero. Sara está en un pabellón psiquiátrico, Harry está en el hospital, Marion queda traumatizada y Tyrone está en prisión, mientras que todos sus sueños se han quedado en el camino. Cada personaje tiene su droga preferida, pero el resultado final para todos es el mismo.

Este es un mundo donde todo el mundo tiene una adicción a algo. El gurú de los infomerciales de Christopher McDonald’s, Tappy Tibbons, dice que el azúcar era su medicina. «Nutrió mi cerebro en espiral», les dice a sus televidentes en casa y a la audiencia del estudio en vivo. Antes de su espiral descendente hacia la psicosis de las anfetaminas, Sara había sido una de las espectadoras. Al principio de la película, Harry pinta su relación con la televisión como una que no es tan diferente de su propia relación con la heroína. Él le dice a Marion: «¿Cuál es su dosis? Televisión, ¿verdad? Quiero decir, si alguna vez hubo un adicto a la televisión, es la anciana».

En otra parte se nos dice que el personaje de Keith David, Big Tim, está «enganchado al sexo» en lugar de a las drogas, lo que implica que tiene una adicción al sexo. La película comienza con Harry robando el televisor de Sara y él y Tyrone llevándolo a través de Coney Island para empeñarlo por dinero de la droga. Más tarde, cuando Harry le hace otra visita a Sara en su casa de Brighton Beach, reconoce los signos reveladores de adicción en ella por la forma en que es hiperactiva y rechina los dientes.

Esta es una escena crucial en la que Sara admite que su sueño proviene de la soledad y el deseo de ser vista. La idea de encajar en su viejo vestido rojo, estar en la televisión, vista por «millones de personas», es su «razón para levantarse por la mañana».



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