La primera vez que vemos la extraña figura (fuera de los créditos iniciales de «Yellowjackets», al menos) es en un flashback de la infancia de Taissa en el tercer episodio del programa, «The Dollhouse». El primer flashback establece que la joven Taissa tenía una conexión fuerte y amorosa con su abuela enferma, quien le enseñó a tener una visión bastante reconfortante del más allá. «Morir no es nada que temer», le dice a la joven Taissa. «El Señor nos da nuestro tiempo aquí, luego nos llama de regreso». ¿De vuelta a dónde? «A él. Al cielo… Con los ángeles».
Sin embargo, en el siguiente flashback, las cosas toman un giro más oscuro. Primero, la abuela de Taiss se asusta con una presencia invisible en la habitación. Taissa pregunta si el ángel está allí, pero su abuela responde a la presencia: «No vengas aquí. Lo digo en serio, aléjate». Cuando Taissa le pregunta con quién está hablando, ella dice: «¡Ese hombre sin ojos! ¡No dejes que me tome! ¡No dejes que me tome los ojos!».
En el flashback final, vemos a Taissa acercándose al ataúd de su abuela y abriendo con curiosidad su párpado, solo para descubrir que los ojos de su abuela se han ido… o al menos, eso parece. Lo que Taissa ve en realidad es un visor, una especie de lente de contacto que usan las funerarias para asegurarse de que los párpados permanezcan cerrados y reducir la apariencia hundida del ojo. Pero entre la horrible visión de su abuela y el sombrío descubrimiento en el funeral, no es de extrañar que a Taissa la persiga la idea de un hombre sin ojos.
Todo el mundo le teme a la muerte, pero la muerte es aún más aterradora si experimentas lo que parece ser una confirmación clara de que la otra vida es real, y es horrible. En lugar de la reconfortante idea de que los ángeles vienen a llevarse pacíficamente al difunto al cielo, este momento parece confirmarle a Taissa que el más allá es un lugar mucho, mucho más oscuro que el mundo de los vivos.