Feminicidio: «Para los que quedan, nada está planeado», el contundente testimonio de Sandrine


Charles Guyard, editado por Laura Laplaud
modificado para

11:28, 26 de noviembre de 2022

Cinco años después de la muerte de Ghylaine, quemada viva por su compañero, su hermana Sandrine Bouchait vuelve al horror del crimen en un libro titulado «Ella lo deja, él la mata», coescrito con Claude Mendibil. Un libro, presentado en el marco de los primeros encuentros nacionales contra la violencia machista organizados en Nantes, que se hace eco de la actualidad.

Desde principios de 2022, más de 120 las mujeres murieron bajo los golpes de su cónyuge. Si obviamente pensamos en primer lugar en la víctima, el trauma también es vertiginoso para los seres queridos que, en ocasiones, se sienten abandonados. Este es el caso de Sandrine Bouchait, cuya hermana fue asesinada por su marido en 2017. De ahí sacó un libro titulado Ella lo deja, él la mata.coescrito con Claude Mendibil, presentado en el marco de los primeros encuentros nacionales contra la violencia machista organizados en Nantes.

«Cuando nos pasa, estamos solos en el mundo»

“Cuando nos pasa, estamos solas en el mundo”, dice Sandrine al micrófono de Europa 1, tras vivir un feminicidio en su entorno. Si la víctima está obviamente en el centro de las preocupaciones, a veces se deja de lado a los familiares. «Para los que se quedan, no hay nada planeado, así que es por su cuenta».

Sandrine tuvo que limpiar el departamento de su hermana, en cenizas

Cette solitude, Sandrine l’a ressentie directement après l’assassinat de sa propre sœur, brûlée dans l’incendie allumé par son conjoint en 2017. 18 mois après la tragédie, c’est elle-même qui s’est alors occupée du nettoyage lugares. “Estaban los guantes de los médicos que rescataron a mi hermana, había ropa en el piso, el departamento quemado, limpiamos las escenas del crimen, limpiamos la sangre de nuestros muertos, es una realidad hoy ‘¡hoy!’

Y sin embargo existen empresas especializadas pero a «costos desorbitados», asegura Sandrine. «De hecho, ni siquiera depende de nosotros administrar, ni siquiera deberíamos tener que entrar en el apartamento y decirnos a nosotros mismos ‘Voy a traer una empresa'», exclama en el micrófono azul. Especialmente porque al lado, también hay asuntos mucho más urgentes que tratar. Después de la muerte violenta de su hermana, Sandrine llevó a su casa a su sobrina de 7 años, inevitablemente traumatizada.



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