Fort Brégançon, la historia de una residencia presidencial


Emmanuel Macron esperado en Brégançon. Como cada verano, el Presidente de la República debe acudir al fuerte para una estancia estival marcada por la «registros de regreso a la escuela», indica el Elíseo a TF1-LCI. Lejos de París, pretende continuar el trabajo realizado desde el inicio de su segundo mandato, en un lugar acostumbrado a recibir al Jefe de Estado.

Encaramado en una península protegida de la vista, el fuerte de Brégançon se convirtió en la residencia oficial de los presidentes en 1968. Venido a presidir las ceremonias del 20º aniversario del desembarco aliado en Provenza, el General de Gaulle fue el primer jefe de Estado que pasó allí la noche -una mala noche, además, entre mosquitos y en una cama demasiado pequeña para él- el 25 de agosto de 1964, pero no fue hasta cuatro años después que el fuerte de Brégançon es definitivamente asignado al Ministerio de Asuntos Culturales para servir como residencia oficial.

El edificio militar fue así transformado para albergar a los presidentes franceses por el arquitecto de la Marina Nacional, Pierre-Jean Guth. Luego son las esposas de los presidentes las que se encargarán de acondicionar el interior a lo largo de los años.



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