Desde el comienzo del conflicto en Ucrania, Francia, que ha condenado sin reservas la agresión rusa, se ha mantenido, por otro lado, muy discreta sobre sus entregas de armas a los ucranianos. El Jefe de Estado y el Gobierno -incluido el Ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, el 6 de marzo- juran que se han limitado a «equipo defensivo y apoyo de combustible».
Entre el 25 y el 28 de febrero, París, al igual que otras capitales europeas, entregó equipos de protección, cascos y chalecos antibalas. Pero, desde entonces, Francia ha estado entregando, según nuestra información, misiles antitanque Milan a los combatientes ucranianos. Tomado de las existencias del ejército francés, la cantidad parece, por el momento, haberse mantenido modesta: «unas pocas docenas», entre el 28 de febrero y el 3 de marzo, según una fuente diplomática.
Este material fue entregado al ejército ucraniano en la frontera con Polonia. Las primeras operaciones de transferencia de equipos fueron supervisadas, por parte francesa, por miembros de las fuerzas especiales adscritos al comando de operaciones especiales, puestos a las órdenes del Jefe del Estado Mayor de la Defensa y bajo la autoridad del Presidente de la República, Emmanuel Macron. .
Francia no está sola en el suministro de misiles Milan a los soldados ucranianos. El 28 de febrero, Italia indicó oficialmente que había decidido entregarles el mismo equipo entre otras armas. Todas las naciones europeas de la OTAN están equipadas con este tipo de armamento antitanque de fabricación franco-alemana y, de hecho, se extraen de las existencias compradas a los franceses. Además de Italia y Alemania, hay otros clientes, como España o Reino Unido.
Misil preciso y potente.
El Milan es un arma muy precisa y poderosa, adecuada para luchar contra tanques, vehículos blindados y edificios. Se trata de un misil tierra-tierra ligero muy popular entre las tropas de infantería, capaz de disparar día y noche gracias a un sistema de infrarrojos. El Milan 2, que sería la versión regalada por los italianos a los ucranianos, puede alcanzar objetivos a 2.500 metros gracias a un sistema de guiado semiautomático, denominado “wire-guided”. Este misil puede embarcarse en un vehículo y fijarse en una garra o aterrizarse, a pie, y utilizarse gracias a un puesto de tiro instalado en un trípode.
Esta es la gran diferencia del misil frente a un lanzacohetes sin tecnología, cuyo tubo lanzador se tira después de cada uso y que no tiene ni su precisión ni su potencia. Finalmente, cuando un cohete antitanque vale unos 800 euros, tendrás que pagar entre 5.000 y 6.000 euros por un Milan. Para esto último, también hay que tener en cuenta el coste de un puesto de tiro, estimado entre 23.000 y 24.000 euros. No se sabe cuántos de estos conjuntos se entregaron a Ucrania. En Francia, para una sección de infantería equipada con este tipo de armamento, se necesitan dos.
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