Funeral de Isabel II: «Es como si tuviéramos que concertar cien visitas de Estado a la vez»


Más de quinientos dignatarios de todo el mundo viajarían a Londres para el funeral de estado de la reina Isabel II el lunes 19 de septiembre, incluidos un centenar de presidentes y primeros ministros, y al menos veinte cabezas coronadas. Entre ellos, el rey Felipe VI, el emperador Naruhito de Japón, cuyo primer viaje al extranjero desde su acceso al trono en 2019, el presidente estadounidense Joe Biden, el jefe de Estado francés Emmanuel Macron, el brasileño Jair Bolsonaro…

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No era, oficialmente, una cuestión de hablar de política o geopolítica, pero este evento de alcance global aún representa una rara oportunidad para que la diplomacia británica brille. Sobre todo porque se ha visto sacudida desde el Brexit: la confianza con los socios europeos del Reino Unido se ha erosionado, siguiendo la actitud del Gobierno de Boris Johnson, considerado arrogante, incluso contrario a sus compromisos internacionales en parte de Irlanda del Norte.

Muy pocas imágenes o confidencias se habrán filtrado de la recepción que ofreció el rey Carlos III en el Palacio de Buckingham el domingo, la víspera del funeral. A caballo entre la tradición, el nuevo monarca quería un evento dedicado a la memoria de su madre: la vestimenta negra era de rigor para los invitados. La velada aún habrá sido una prueba para el rey, que ya conoció a la mayoría de las personalidades invitadas, pero debe asumir el desafío de no defraudar, mientras su madre era considerada la mejor diplomática del país. Isabel II se reunió con trece presidentes estadounidenses (desde Harry Truman hasta Joe Biden), diez franceses (desde René Coty hasta Emmanuel Macron), decenas de líderes africanos…

Instrumento del poder blando británico

Como jefe de la Commonwealth, Carlos III también debe mantener la cohesión de una organización que reúne a cincuenta y seis países, incluidos quince reinos. Un instrumento considerable del poder blando británico, debilitado por los impulsos republicanos, particularmente en el Caribe, luego de que Barbados fuera elegida para convertirse en república a fines de 2021. En los últimos días, el rey ha multiplicado las audiencias con representantes de los países miembros y Patricia Escocia, el secretario de la organización, iba a tener el honor el lunes por la mañana -compartido con Liz Truss, la primera ministra británica- de leer pasajes de las Escrituras durante la misa en la Abadía de Westminster. “Ahora no es el momento de hablar de un referéndum sobre la república”, aseguró el primer ministro australiano, Anthony Albanese, a su llegada a Londres. El líder laborista ha prometido organizar una consulta sobre la permanencia del monarca británico al frente del Estado australiano, pero solo durante un posible segundo mandato.

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