Fútbol: la selección francesa aclamada por miles de seguidores en París


héroes en la derrota. Llegó una hora y media antes al aeropuerto de París, el equipo francés apareció en el balcón del Hôtel Crillon ante los vítores de los aficionados, en su mayoría muy jóvenes, que ondeaban banderas tricolores y coreaban «¡Merci les Bleus!» y cantando la Marsellesa o la canción de Gala «Liberados del deseo», que se convirtió en el himno del Blues durante la Global.

Algunos se habían subido a postes de luz o semáforos, para tratar de ver el Blues aunque fuera por un pelo. Los niños, los más afortunados, habían encontrado un lugar perfecto sobre los hombros de sus padres. «Tenía que estar allí, para agradecer a nuestros Blues por todo lo que han hecho hasta ahora», dijo Sandrine Djellas, de 53 años, maquillada de rojo y azul.

Argentinos esperados en medio de la noche

Al bajar del avión, el entrenador del Blues Didier Deschamps había esbozado una sonrisa, al igual que Olivier Giroud, quien lucía un collar de flores azules, blancas y rojas al cuello. Pero Kylian Mbappé, con el rostro cerrado, se había precipitado en uno de los autobuses estacionados en la pista antes de llegar a la famosa plaza parisina.

Al otro lado del Atlántico, los argentinos tendrán que esperar la llegada de Lionel Messi y sus compañeros hasta media noche, hora local, pero, embriagados de felicidad, ya bajaron por millones a las calles para celebrar esta tercera Copa del Mundo, la última coronación data de 1986, en la época de Diego Maradona.

Los argentinos debían arribar alrededor de las 02:25 hora local (06:25 hora de París) al aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires, donde estaba prevista una pequeña recepción, según una fuente aeroportuaria. No se sabía si el reencuentro con la afición se daría esa misma noche con los más de un millón de porteños que, hasta altas horas de la noche, celebraron el título el domingo.

Messi el igual de Maradona

Al día siguiente de la coronación de Argentina, la prensa internacional celebró a una voz la genialidad «sorprendente» de Messi y su actuación muy «maradoniana» hasta el final de un partido «de antología». Sin olvidar consolar al otro protagonista de esta «épica» final: el «fenómeno» Mbappé.

Muy cerca de incorporarse a Pelé, como bicampeón del mundo sub 24, el joven delantero debe contentarse con sus hazañas individuales: un hat-trick histórico en una final, el título de máximo goleador del Mundial (8 goles), el 6º lugar en el ranking de los mejores goleadores de la historia de los Mundiales, empatado con Pelé (12 goles). «Volveremos», prometió este lunes Kylian Mbappé en su cuenta de Twitter, sus primeras palabras desde el desencanto del día anterior.

En cuanto a Messi, de 35 años, con este primer título mundial -como Maradona en 1986- seguirá siendo un poco más adorado en Argentina. «Como Diego Maradona en su tiempo, el ídolo del estadio estuvo este domingo a la altura de su reputación, más que nunca el orgullo de todo un pueblo», saludó este lunes el diario francés Le Figaro, en elogios al «fantástico Messi».

El compañero de Mbappé en el Paris SG también confió que pretende «vivir unos cuantos partidos más siendo campeón del mundo».



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