Casi tres años después del final del programa, la actriz de Game of Thrones, Maisie Williams, se sincera sobre lo que describe como su silencioso resentimiento por el papel de Arya Stark, la marimacho hija de Ned Stark que anhela ser una guerrera.
En una entrevista reciente con GQ, Williams habló sobre la forma en que su tiempo en Game of Thrones impactó su mentalidad. Ella describió el momento en que le entregaron un sostén en el set como un punto de inflexión en su carrera: para ella, este fue el momento en que el papel de Arya se apartó de su propia identidad.
“Creo que cuando comencé a convertirme en mujer, estaba resentida con Arya porque no podía expresar en quién me estaba convirtiendo”, dijo. “Y luego también me molestó mi cuerpo, porque no estaba alineado con la parte de mí que el mundo celebraba”.
Williams, quien interpretó a Arya cuando tenía solo 12 años, también contó cómo la fama a una edad temprana era relativamente dañina. Cuando el programa llegó a la tercera temporada, Williams caminó por una alfombra roja por primera vez y se vio obligada a aceptar un nivel de fama que ella, si hubiera sido más joven, no está «segura de lo que eso me habría hecho mentalmente». ”
Sin embargo, los sentimientos de Williams hacia el programa no son del todo duros. Si bien es cierto que no se pierde Game of Thrones, aún aprecia su tiempo en el programa. “¿Por qué querría hacerme sentir triste por lo más grande que me ha pasado?” Williams dijo.
Williams ahora está ocupada filmando proyectos como Pistol, que rastrea el ascenso de los Sex Pistols en la década de 1970, donde interpreta a una modelo y pionera del punk. En cuanto a Game of Thrones, todavía está en marcha, con la precuela de House of the Dragon programada para debutar en agosto.
Amelia Zollner es colaboradora independiente en IGN.