«Glass Onion» comienza presentándonos a nuestro nuevo elenco de personajes/sospechosos. Está la tensa candidata al Senado Claire (Kathryn Hahn); la modelo inmensamente despistada convertida en diseñadora de moda Birdie Jay (Kate Hudson) y su asistente Peg (Jessica Henwick); Duke (Dave Bautista), un activista por los derechos de los hombres con muchos seguidores en línea; la novia de Duke, Whiskey (Madelyn Cline); y Lionel (Leslie Odom Jr.), un científico que trabaja para una empresa de tecnología de mil millones de dólares. La compañía de tecnología es propiedad del multimillonario Miles Bron (Edward Norton), quien está conectado con todos estos personajes. Y luego está Andi (Janelle Monáe), la ex socia comercial de Miles que tuvo una pelea con Miles que resultó en un desagradable caso judicial.
Todos estos personajes están invitados a la isla privada de Miles para una escapada de fin de semana. Esto es algo que hace con este grupo de amigos todos los años, y este año quiere organizar una fiesta de asesinatos misteriosos. ¿Y quién mejor para invitar que Benoit Blanc? Johnson coloca la película firmemente en medio de la pandemia de COVID-19, y Blanc, que se ha estado refugiando en el lugar (¿recuerdas cuando hicimos eso?) se ha vuelto inquieto. Necesita un caso y aprovecha la oportunidad de dirigirse a la isla de Mile, incluso si es por un asesinato falso.
Probablemente puedas adivinar a dónde va esto: el asesinato falso se convierte en uno real. Pero a quién se elimina y cómo, no lo diré. Las alegrías de «Glass Onion» involucran los giros de la trama y las revelaciones impactantes pero hilarantes que Johnson nos sigue lanzando a una velocidad vertiginosa. Cada escena está cargada de un ingenio agudo junto con un misterio genuinamente fascinante. Al igual que Blanc, estamos enganchados a la idea de resolver este misterio.