Al principio de la película vemos a Godzilla luchar contra un Titán en las calles de Roma. En lugar de pánico absoluto (aunque todavía hay terror en las calles debido a la gente que huye del lagarto gigante), los funcionarios del gobierno y los militares parecen preparados y listos para actuar. Esto está lejos de ser el mismo Monarca desorganizado y desprevenido que vimos recientemente en el programa de televisión y que no pudo detener a los Titanes. Aquí vemos a Monarch ya trabajando con organizaciones y ejércitos en espera en todo el mundo preparados para cuando Godzilla luche contra un nuevo monstruo.
Por supuesto, en realidad no hacen nada. Los humanos están allí principalmente para mostrarse. Aún así, ilustra cuánto se ha acostumbrado el mundo a Godzilla y sus caprichos, que ya no intentan detenerlo si, digamos, decide usar el Coliseo Romano como su camita no una, sino dos veces en la película. Resulta que el Rey de los Monstruos está tan obsesionado con el Imperio Romano como los hombres en Internet. A diferencia de los hombres en Internet, Godzilla puede simplemente aparecer y exigir que lo dejen solo para un recorrido privado (o una siesta) en el Coliseo y el país entero tiene que simplemente aceptarlo como un hecho o enfrentar su potencial destrucción.
«Jurassic World: Dominion» prometió mostrar cómo un mundo cambia y se acostumbra a tener dinosaurios deambulando entre la gente, pero en cambio rápidamente se convierte en un parque más en un lugar remoto (y también en una historia terrible y aleatoria sobre langostas). «Godzilla X Kong» muestra cómo los humanos simplemente aceptaron su papel de hormigas y dieron la bienvenida a sus señores titanes, permitiéndoles chocar contra monumentos históricos cuando quisieran y simplemente apoyarlos cuando llegara el momento.