La trayectoria escolar y educativa de los niños ucranianos está amenazada tras dos años de pandemia seguido de una invasión ruso que está asolando su país, alertó el martes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Los niños que se quedaron Ucrania y aquellos que se han visto obligados a huir están entrando en un cuarto año escolar perturbado, dice Unicef.
La guerra y el exilio ponen en peligro la educación y la formación de los 6,7 millones de jóvenes ucranianos de entre tres y 18 años, afirmó Regina De Dominicis, directora regional del fondo para Europa y Asia Central. Estos niños muestran signos generalizados de pérdida de aprendizaje, incluso en su dominio del idioma ucraniano, lectura y matemáticas, dijo después de visitar Ucrania.
Más de 1.300 escuelas «totalmente destruidas»
En una rueda de prensa en Ginebra, afirmó que más de 1.300 escuelas han sido «totalmente destruidas», mientras que otras están gravemente dañadas y no pueden utilizarse. «En la propia Ucrania, continúan los ataques a las escuelas, dejando a los niños en una profunda angustia y privados de lugares seguros para aprender», afirmó el funcionario de UNICEF. «Esto no sólo ha obligado a los niños ucranianos a luchar para progresar en su educación, sino también a no olvidar lo que aprendieron cuando sus escuelas funcionaban normalmente», afirmó.
Los datos citados por Unicef revelan que aproximadamente la mitad de los profesores ucranianos informaron de un deterioro en el nivel de ucraniano, matemáticas y lenguas extranjeras de los estudiantes. También muestran que sólo un tercio de los estudiantes ucranianos continuaron sus estudios de forma totalmente presencial, en comparación con un tercio de forma parcial y otro tercio de forma totalmente remota. Finalmente, dos tercios de los niños en edad preescolar no son socializados en establecimientos e incluso tres cuartas partes en zonas cercanas al frente.
El papel de la escuela en tiempos de guerra
En cuanto a los niños ucranianos que han abandonado su país, UNICEF señala que también ellos comienzan un año escolar incierto: más de la mitad de ellos no están matriculados en el sistema escolar de su país de acogida, en particular debido a la barrera del idioma, las dificultades de transporte o la sobrecarga de los establecimientos locales. Los estudiantes intentan continuar su educación a distancia, pero «algunos niños refugiados pueden haber abandonado completamente su educación», lamenta Unicef.
«En tiempos de crisis o de guerra, la escuela ofrece mucho más que un lugar de aprendizaje», señala esta organización internacional. «Pueden brindar a los niños, que ya enfrentan pérdidas, desplazamientos y violencia, una sensación de rutina y seguridad, la oportunidad de hacer amigos y recibir el apoyo de los maestros». La escuela también puede ser un lugar para una mejor nutrición, acceso a vacunas y otro tipo de apoyo, añade Unicef.
La organización dice que trabaja con socios en Ucrania y los países anfitriones para mejorar el acceso a la educación, incluida la renovación de escuelas y la organización de clases de recuperación. El objetivo es ayudar a 300.000 niños ucranianos que corren el riesgo de perder sus logros educativos durante el próximo año escolar.