El lanzamiento de la ofensiva contra Ucrania orquestada por Vladimir Putin, el jueves 24 de febrero, provocó el pánico en los mercados de materias primas. El trigo y el aluminio incluso batieron récords históricos durante la sesión. El precio del barril de Brent, que superó los 100 dólares (89,20 euros), su nivel más alto desde 2014, o el de la colza, se han disparado igualmente.
Una reacción epidérmica de los inversores, cuando muchas materias primas ya se estaban sobrecalentando. Pero que también demuestra el peso estratégico de Rusia y Ucrania en el juego económico global. Incluso las dependencias occidentales de los recursos rusos. Las más significativas están vinculadas al gas, pero también, en menor medida, al petróleo, principal fuente de divisas de Moscú.
“La energía es el sector más afectado por la situación geopolítica”, cree Philippe Chalmin, profesor de la Universidad Paris-Dauphine. Durante la presentación de su informe CyclOpe, el barómetro anual de los mercados mundiales de materias primas, a fines de enero, pronosticó que «si Rusia invadiera Ucrania el barril de petróleo explotaría el techo de 100 dólares». Sin embargo, la cotización del oro negro se relajó un poco, tras la promesa del presidente estadounidense, Joe Biden, de aprovechar las reservas estratégicas de petróleo de Estados Unidos, para moderar la subida de los combustibles al otro lado del Atlántico.
«Ruptura de flujos y falta de entrega»
El precio del trigo se impulsó, el jueves al mediodía, a un precio sin precedentes, a 344 euros la tonelada, antes de cerrar a 316,50 euros en el mercado europeo Euronext. En Chicago, la suba alcanzó el máximo permitido por los mecanismos del mercado, es decir, 5,7%, y un bushel de trigo se negoció a $9.3475. Rusia se ha convertido, desde 2018, en el primer país exportador de trigo, y Ucrania, en cuarta posición, aún tiene cerca de 6 millones de toneladas de trigo y 15 millones de toneladas de maíz listas para ser enviadas a los cuatro rincones del planeta.
“De una manera muy objetiva, se detienen los flujos logísticos a través del Mar Negro. No hay más exportaciones posibles desde Rusia y Ucrania. Hay, por tanto, una ruptura de flujos, pero también una falta de entrega de lo contractualizado. Los mercados están en pánico, explica Michel Portier, de Agritel. Queda por ver si el trigo francés se beneficiaría de esto. “Podríamos encontrar salidas como la de Argelia, un país que se alejó de Francia por motivos geopolíticos”, dice el Sr. Portier. Los mercados también están preocupados por las próximas cosechas de cereales. El tema del acceso a los fertilizantes nitrogenados, cuyo costo se ha triplicado, ligado directamente a la meteórica suba del precio del gas, es crucial. La dependencia de Rusia es fuerte, pero también de Bielorrusia, para la potasa.
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