Hace cincuenta años nació en Francia el Micral N, el primer microordenador comercial del mundo


Grande como un armario, cara como una casa: en 1972, la computadora era una máquina rara e inaccesible. Sin embargo, todo cambia en una década con la aparición de modelos parecidos a los PC de escritorio que conocemos hoy. Varias máquinas pioneras muestran el camino, como la estadounidense Apple II lanzada en 1977, o la francesa Micral, entregada a su primer cliente el 15 de enero de 1973 (hace ya medio siglo).

El Micral no habría visto la luz del día sin una innovación clave: el microprocesador. Esta pequeña pieza de silicio será el corazón palpitante de la computadora naciente, reemplazando docenas de componentes por sí misma. Los primeros modelos se comercializaron en 1971, pero fue el Intel 8008, lanzado en 1972, el que llamó la atención de un puñado de ingenieros informáticos que intuían la revolución que se avecinaba. Entre ellos, un francés de 28 años, François Gernelle, que ve en ello la posibilidad de un ordenador más barato, más compacto, que consuma menos energía y más fiable.

Al principio, el ingeniero luchó por convencer a su jerarquía de embarcarse en la aventura, contará en un simposio, dos décadas después. Entonces probó una apuesta: el Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas (INRA) buscaba una máquina capaz de medir la temperatura y la humedad en medio de los campos. Durante una cita, François Gernelle sugiere usar, no la muy popular minicomputadora PDP-8, sino una máquina completamente nueva diseñada en torno al procesador 8008, a mitad de precio.

Celebrado en los EE.UU.

El mercado firmado, comienza una carrera. François Gernelle tiene solo seis meses y tres hombres para honrarlo. “Trabajábamos en una bodega en Châtenay-Malabry [Hauts-de-Seine] unas dieciocho horas al díadice en retrospectiva. Durante tres meses, prácticamente nunca vi la luz del día. » Se opta por un diseño abierto que permite conectar accesorios al Micral. Una elección centrada en la versatilidad que contrastaba con las máquinas ultraespecializadas diseñadas en la época. Ningún software puede manejar el 8008 de Intel: tienen que ser inventados, de lo cual se encarga otro miembro del equipo, Maurice Benchétrit.

Los esfuerzos de los cuatro cómplices dan como resultado una caja metálica del tamaño de una maleta, de unos cincuenta centímetros de ancho.

Los esfuerzos de los cuatro cómplices dan como resultado una caja metálica del tamaño de una maleta, de unos cincuenta centímetros de ancho. Está «la computadora menos poderosa [mais] el mas confiable» del mercado, François Gernelle juzgará retrospectivamente. El Micral se comercializa finalmente a una quinta parte del precio del PDP-8, por 8.500 francos, o unos 10.000 euros en la actualidad. El primer capítulo de una revolución.

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