Ella subestimó las giras como madre, explicó. Ser artista durante la pandemia del coronavirus con aplazamientos y cancelaciones también fue agotador. Tras declaraciones positivas sobre la vacunación, recibió amenazas de muerte, también reveló.
Agregó que ha estado en un descanso durante algunas semanas. Su esposo, el comediante Thomas Spitzer (33), manejó todo durante este tiempo: «las noches con el bebé, la compañía, las finanzas, etc». Ella está «mucho mejor», continúa Brugger en el comunicado. «De hecho, lo estoy haciendo muy bien, pero no debo malinterpretar este subidón y quiero seguir tomándolo con calma».