Philippe, director técnico de una residencia de ancianos, es bombero voluntario desde hace 35 años. Él siempre está listo para ir. Este jueves está reparando equipos en paz, lejos del ambiente caótico en el que le habíamos seguido hace unos días. Estaba combatiendo las llamas en Morbihan. En estos casos, Philippe puede contar con el apoyo de su empleador: “Si voy al lugar de un incendio, le aviso a mi gerencia, no hay problema”. Un bombero voluntario recibe entre ocho y doce euros de compensación por hora en función de su grado. Ahora son 198.000, cinco veces más que los bomberos profesionales.