En el primer «Insidious», un joven Dalton dibuja una puerta roja con crayones, luego vemos la cosa real cuando Josh entra en The Further. «La puerta roja» se ve diferente en «Insidious: Capítulo 3», ya que Elise ingresa a El Más Allá a través de puertas rojas parecidas a ascensores. «Insidious: The Last Key», una precuela, expande el simbolismo aún más, imaginando un pasillo adicional lleno de puertas rojas, cada una de las cuales brinda una ventana al mundo real. Aprendemos que estas puertas rojas están controladas por Keyface Demon. Elise, sin darse cuenta, deja abierta la puerta roja del ático de los Lambert, lo que sugiere que ella es accidentalmente responsable de iniciar los eventos de la primera película.
La puerta roja en «Insidious: The Red Door» parece funcionar de manera diferente que en los demás. Esta vez, Dalton no tiene que abrir literalmente una puerta para dejar pasar algo; simplemente accediendo a la memoria suprimida, dibujándola, la activa. Esto está claro porque el fantasma del baño le ordena que cierre la puerta antes de que hayamos visto que se abre una puerta física, lo que sugiere que el arte de Dalton es en sí mismo el portal a El Más Allá.
Como resultado, la pintura de Dalton sobre la obra de arte en el clímax de la película tiene el efecto de dañar la puerta en The Further. Sin embargo, Dalton le dice a Chris que no quiere destruir el recuerdo. En cambio, la puerta oscurecida se convierte en el fondo de una nueva pintura, una que conmemora la valentía de su padre. La «puerta» sigue ahí, pero este feliz recuerdo impide que se abra.