Australia declaró el estado de emergencia nacional el miércoles 9 de marzo para hacer frente a las inundaciones que asolaron la costa este del país y que causaron la muerte de al menos 21 personas.
“Australia se está convirtiendo en un país donde cada vez es más difícil vivir a causa de estos desastres naturales”dijo el primer ministro Scott Morrison después de visitar la región de Northern Rivers de Nueva Gales del Sur, afectada por el desastre.
Los habitantes de esta región, privados de electricidad y acceso a Internet durante varios días, culpan a las autoridades de la lentitud de las operaciones de socorro. La declaración del estado de emergencia, que también se puso en marcha durante los grandes incendios que afectaron al país en 2019, permite reducir los trámites burocráticos y agilizar la ayuda a las víctimas.
Medidas de mitigación de inundaciones
El gobierno ya ha pagado 385 millones de dólares australianos (257 millones de euros) a los damnificados por las inundaciones en todo el país. Morrison dijo que la ayuda se incrementaría en Lismore y sus alrededores, una de las ciudades más afectadas, para proporcionar alimentos y refugio, apoyo para la salud mental y servicios legales y comerciales.
El primer ministro, que va a la zaga en las encuestas a medida que se acercan las elecciones legislativas de mayo, ha mantenido a los medios alejados de sus reuniones con las víctimas de las inundaciones para, dice, proteger su privacidad.
En declaraciones a los periodistas, el líder tory vinculó las inundaciones y el cambio climático, que también creía que era la causa de los incendios recientes, al tiempo que señaló la responsabilidad de otros países en la reducción de las emisiones de carbono. Morrison dijo que las medidas de mitigación de inundaciones salvarían vidas, en lugar de restricciones más estrictas sobre las emisiones contaminantes de Australia.
El país se ha comprometido con el objetivo de cero emisiones netas de carbono para 2050, pero los activistas ambientales abogan por medidas más agresivas.