Karim Khan: “Por encima de todo, debemos encontrar los hechos y establecer la verdad”


El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación el 2 de marzo sobre los crímenes cometidos en Ucrania. La Corte había sido incautada por Kiev tras la anexión de Crimea en abril de 2014. Un año después de asumir el cargo, el fiscal Karim Khan revisa su estrategia en los 16 países donde se están realizando investigaciones.

¿Cómo se relaciona la investigación de la CPI con la realizada por los tribunales ucranianos?

La próxima semana, 42 investigadores serán enviados a Ucrania. Este es el despliegue más grande jamás realizado por mi oficina. Treinta de ellos han sido secundados por el gobierno holandés, incluidos científicos y analistas forenses.

En primer lugar, necesitamos encontrar los hechos y establecer la verdad. No me importa si la justicia será impartida por la CPI o por las autoridades nacionales. Lo principal es que las investigaciones sean creíbles, honestas e independientes, y que luego un juez pueda decidir. Y estoy muy feliz de trabajar con las autoridades ucranianas. También tenemos un acuerdo de cooperación con el Equipo Conjunto de Investigación [créée sous l’égide d’Eurojust, le 25 mars] establecida por Polonia, Lituania y Ucrania. Podremos acceder a los documentos compartidos. Por nuestra parte, no vamos a compartir todos nuestros documentos, porque tenemos la obligación de mirar la actuación de todas las partes del conflicto, ya sean las fuerzas regulares, de cada lado, o los ejércitos irregulares.

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Desde el comienzo del conflicto el 24 de febrero, 42 Estados -incluidos los países de la Unión Europea- han expresado su apoyo político, pero también financiero y humano. ¿Cómo ves este apoyo?

Creo que este momento será recordado como uno en el que el derecho internacional no se vea como un inconveniente, sino como una protección para una sociedad y sus valores, así como para la paz y la seguridad. Este tipo de asociación demuestra que se puede cambiar la dinámica de la cooperación judicial, no solo en Ucrania, sino en cualquier otro lugar. Los tribunales nacionales tienen capacidades significativas y pueden permitir procedimientos menos costosos y más eficientes. En lugar de que La Haya sea la base de la justicia penal internacional, podemos crear un frente común de investigadores y fiscales nacionales, tribunales nacionales y la CPI, preservando al mismo tiempo la independencia de cada una de estas instituciones. Esto cambia el enfoque de escoger de la ley lo que te parece favorable mientras rechazas el resto. Los Estados deben entender que la ley se aplica a todos, y por lo tanto también a ellos mismos, aun cuando sea incómodo. De lo contrario, el precio a pagar puede ser catastrófico.

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