La caída de Adrien Labi, el «fantasma del ‘triángulo dorado'», rodeado de justicia


Se suponía que el lunes 6 de marzo sería un gran día para Adrien Labi. El empresario británico se encuentra en París para concretar una importante venta inmobiliaria con Kering. El gigante del lujo francés, encabezado por François-Henri Pinault, ha acordado pagar la astronómica suma de 1.000 millones de euros para comprar dos edificios situados en la avenida Montaigne, en el 8mi Distrito parisino, donde los precios inmobiliarios se encuentran entre los más altos de la capital. Una transacción de oro para el Sr. Labi, quien ha más que duplicado su apuesta desde que compró estos edificios hace ocho años.

Pero en cuanto se firma la venta, la euforia da paso al asombro. Al salir de la notaría, policías de la Brigada Nacional de Represión de Delitos Fiscales lo detienen y lo ponen a disposición policial. Un episodio increíble que marca veinte años de aventuras inmobiliarias, durante los cuales el nombre de Adrien Labi resonó tanto en los hermosos barrios parisinos como en los tribunales.

Lea nuestro archivo (2015): Artículo reservado para nuestros suscriptores El dueño fantasma del Triángulo de Oro parisino

Los focos se centraron por primera vez en 2015 en el hombre apodado el «fantasma del ‘triángulo dorado'». Una investigación de “M Le Magazine du Monde” revela que este empresario, desconocido para el gran público, posee un inmenso patrimonio inmobiliario de prestigio en esta exclusiva zona del hipercentro de París, cuyo valor asciende a cientos de millones de euros. Adrien Labi ya es bien conocido por la administración tributaria francesa, que se ha interesado por sus arreglos desde mediados de la década de 2000. Sujetas a numerosas auditorías fiscales, sus empresas deben pagar millones de euros en ajustes. Pero el fantasma se niega a pagar, aprovechando todos los recursos legales posibles.

Dos años de prisión para su hija

Poco a poco, sin embargo, la soga se va apretando, ya que las autoridades fiscales envían los casos más graves a la justicia. Una primera investigación judicial fue desestimada en 2010. Pero, dos años después, el Tribunal Penal de París condenó por primera vez a una empresa del imperio Labi por evasión fiscal. Tempolux es declarado culpable de hacer circular cuatro edificios parisinos entre varias empresas de Luxemburgo y Francia «solo para efectos fiscales», para evitar 4 millones de euros en el impuesto de plusvalías. Adrien Labi, que no está vinculado oficialmente a ninguna de estas empresas, pasa entre gotas. Es su hija Clarissa quien es condenada a dos años de prisión, como gerente de Tempolux. El tribunal señala, sin embargo, que es «parece muy probable» qué “no fue, por sí sola, autora de los hechos”.

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