La economía estadounidense agregó 528.000 puestos de trabajo en julio, una cifra inesperadamente sólida que, sin embargo, ha generado preocupaciones sobre la inflación en curso.
La tasa de desempleo se redujo al 3,5%.
El crecimiento del empleo fue «generalizado», según la Oficina de Estadísticas Laborales, con ganancias en ocio y hospitalidad, servicios profesionales y comerciales y atención médica.
El presidente Joe Biden promocionó la creación de puestos de trabajo y señaló que la tasa de desempleo “coincide con la más baja en más de 50 años: 3,5 %. Más personas están trabajando que en cualquier otro momento de la historia de Estados Unidos”.
Pero las ganancias de empleo se producen cuando la Reserva Federal está tratando de enfriar la economía y frenar la inflación.
Jason Furman, profesor de Harvard que fue presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Barack Obama, escribió en Twitter que el informe era «incómodamente candente». Señaló que las ganancias promedio por hora aumentaron un 5,8% en julio, y la cifra de junio se revisó al alza a un 5,4%.
“La recesión ahora es menos preocupante. La inflación es más preocupante”, escribió.
Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, escribió: “No ha habido mucha desaceleración en el mercado laboral. Esto debería disipar cualquier preocupación de que la economía ya esté en recesión”. Escribió que la Reserva Federal, que ha estado elevando la tasa de interés preferencial, “no se consolará con las sólidas cifras de empleo. La prioridad de los formuladores de políticas es enfriar las presiones de precios y salarios, por lo que quieren ver un aumento del desempleo”.