La estrategia adecuada de gestión de tesorería puede ampliar la pista de su startup


No importa cuánto aman los usuarios su producto; Todo fundador sabe que si se le acaban los fondos, se acabó. En el actual entorno de financiación restringido, esto sucede cada vez con más frecuencia.

Operar en mercados impredecibles fue lo que me enseñó por primera vez el arte de la gestión de tesorería. Puede ser un salvavidas y una red de seguridad, que a veces puede ser decisivo para una startup durante sus momentos de crecimiento más cruciales.

En pocas palabras, la gestión de tesorería es la tarea de gestionar el capital de una startup y orquestar los flujos de efectivo. En el centro de mi estrategia para mi startup hay un triple objetivo: salvaguardar el efectivo, optimizar la liquidez y buscar vías sólidas para poner a trabajar el efectivo inactivo.

También se trata de pronosticar, de visualizar el efectivo necesario para impulsar las operaciones diarias de hoy y proyectarlo hacia el mañana.

Las grandes corporaciones tienen el lujo de contar con equipos de tesorería dedicados. Para las startups, impulsadas por la misión de escalar, a menudo nos encontramos en una situación difícil. No podemos dedicarle la misma cantidad de tiempo y recursos, lo que puede conducir a un enfoque desordenado en la gestión de la tesorería.

Este desorden puede exponer inadvertidamente el capital ganado con tanto esfuerzo a una miríada de riesgos, uno de ellos es el poder corrosivo de la inflación, especialmente cuando el efectivo permanece estancado y sin diversificar en cuentas con tasas de interés que apenas respiran.

Cómo calcular su posición de efectivo: la base para una gestión eficaz de la tesorería

Antes de profundizar en las opciones para administrar el efectivo de su empresa, primero determinemos qué cuenta realmente como «efectivo líquido» para administrar su negocio. Este es el efectivo que una empresa tiene a mano para uso inmediato, ya sea para gestionar la nómina, cubrir costos operativos, realizar inversiones o afrontar gastos inesperados.‍

En el centro de mi estrategia para mi startup hay un triple objetivo: salvaguardar el efectivo, optimizar la liquidez y buscar vías sólidas para poner a trabajar el efectivo inactivo.

Calcular cuánto efectivo tienes puede parecer obvio, pero a menudo no es tan simple como la cantidad que tienes en tus cuentas bancarias. Por ejemplo, el hecho de que haya obtenido ingresos no significa que realmente tenga ese efectivo disponible. Las cuentas por cobrar (el dinero que sus clientes le deben) no son efectivo líquido hasta que realmente se pagan.

Un error común que cometen las empresas emergentes es contar todos los ingresos obtenidos con los gastos. Pero el tiempo importa y el efectivo que no ha recibido no es efectivo líquido. Puede darse el caso de que algunos de tus clientes te paguen tarde y otros acaben sin pagar nada. Esto debe tenerse en cuenta al calcular su efectivo líquido.‍

Una buena función de tesorería es capaz de observar periódicamente tanto los saldos como los flujos de efectivo de todas las cuentas financieras de una empresa con un alto grado de precisión. A partir de ahí, es posible obtener una visión precisa de las métricas financieras clave, como la tasa de quema y la tendencia, la fecha de salida o de efectivo cero, la distribución de activos en varias cuentas y los principales impulsores de ingresos y costos. Más contexto permite mejores decisiones.

Pero entender el efectivo y la liquidez es una cosa. ¿Cómo puedes empezar a gestionarlo? ‍

¿Cómo deberían las startups gestionar el efectivo inactivo?

‍La clave para desarrollar una estrategia exitosa de gestión de tesorería es comprender la diferencia entre efectivo estratégico y efectivo operativo, y desarrollar una definición que funcione bien en el contexto de su negocio.

El efectivo operativo puede verse como todo lo que su empresa necesita para funcionar durante los próximos seis a ocho meses. Esto incluye salarios, alquiler, costos de marketing, etc.

‍El efectivo estratégico, por otro lado, es efectivo que su empresa no necesitará durante un período de tiempo más largo. Esto se puede reservar para futuras inversiones, adquisiciones, desarrollo de nuevos productos y otras iniciativas a más largo plazo.‍

Tener una idea de sus necesidades de efectivo previstas puede ayudarle a determinar dónde dejarlo. Parte del efectivo operativo se puede guardar en una cuenta de la que se puede retirar cuando lo necesite; esto significa que siempre tendrás suficiente a mano para pagos a corto plazo. El efectivo estratégico, por otro lado, se puede invertir estratégicamente en instrumentos de renta fija para obtener un mayor rendimiento. ‍



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