“La inmigración no es sólo una cuestión de policía”


TIENE Jugando demasiado con la dinamita del debate sobre la inmigración, el ejecutivo precipitó un sonoro colapso político de consecuencias incalculables. Después de un año de tambores destinados a hacer gala de su voluntarismo sobre el tema supuestamente prioritario de los franceses, Gérald Darmanin, Ministro del Interior, fue brutalmente rechazado, el lunes 11 de diciembre, por una coalición de oposiciones sin precedentes. Extremadamente raro, el voto de una “moción de rechazo” a su proyecto de ley destinado a “controlar la inmigración, mejorar la integración” formalmente significa que estas cuestiones no merecen debate.

Irónicamente, la extrema derecha, cuyo negocio se basa precisamente en la agitación permanente de dichas cuestiones, ha promovido su eliminación temporal de las discusiones parlamentarias. ¿Inmigración? Marine Le Pen no necesita que el gobierno se dé un festín con ello. «I[en] hablar (…) absolutamente cuando quiera, todos los días del año, ¡sin ninguna dificultad! No me falta nada en esta cuestión”ella bromea El mundo.

En cuanto a los diputados de izquierda, se hicieron unos idiotas útiles al presentar la moción de rechazo, votarla luego al unísono con la extrema derecha, relanzar la discusión del texto en su versión de derechas en el Senado, por una «comisión mixta» igualdad”, dominada a su vez por la derecha. La izquierda, que dice defender la regularización de los trabajadores indocumentados, facilita así el abandono de esta medida de justicia. También se priva de una plataforma donde podría haber señalado las mentiras de la Agrupación Nacional en un momento en que, en Italia, la presidenta del consejo, Giorgia Meloni, está reabriendo la inmigración laboral legal, una medida que ella había puesto en la picota antes de llegar al poder. .

Descifrado: Proyecto de ley de “inmigración”: todo lo que ha cambiado entre el borrador inicial y la versión del Senado que se presentará al CMP

La extrema derecha marca la pauta sobre su tema favorito; un gobierno atrapado en el acto de impotencia; una izquierda que pone en escena su propio vacío sobre el tema. Una auténtica pesadilla, para un texto cuya disposición más discutida –la regularización de los trabajadores– podría implementarse mediante reglamento.

Temas esenciales

Sacar lecciones de este fiasco requiere que dejemos de considerar la “inmigración” como un objeto de exhibición política, un gran cajón de sastre donde, siguiendo a la extrema derecha, mezclamos vastas cuestiones, ciertamente relacionadas, pero muy distintas. Algunos son de naturaleza política y social: la escasez de viviendas sociales y la guetización de los barrios de clase trabajadora, los abusos policiales, la discriminación y la violencia entre los jóvenes. Sobre estos temas esenciales que deberían ser abordados por los pesos pesados ​​del gobierno, no hay ni un gran discurso presidencial ni una batalla en el Parlamento.

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