La mayoría de las veces, cuando los niños tragan accidentalmente un objeto no comestible, este viaja hacia el estómago. En el mejor de los casos de estos desafortunados eventos, es un objeto pequeño y benigno que sale con seguridad en uno o dos días. Pero en el peor de los casos, puede tomar un camino completamente diferente.
Ese fue el caso de un adolescente pobre en California, que de alguna manera se tragó una moneda de veinticinco centavos. La moneda no descendió por el esófago hacia el estómago, sino que viró hacia las vías respiratorias, deslizándose por las cuerdas vocales como si fueran la ranura de una máquina expendedora de monedas.
En un informe clínico publicado recientemente en el New England Journal of Medicine, los médicos que trataron al niño de 14 años informaron cómo encontraron (y luego recuperaron) la moneda de su inusual y peligroso lugar de descanso. Una vez que pasó las cuerdas vocales y la glotis, la moneda se alojó en la subglotis, una pequeña región entre las cuerdas vocales y la tráquea.
Por suerte, cuando el niño llegó a urgencias sus principales síntomas fueron ronquera y dificultad para tragar. Sorprendentemente respiraba cómodamente y sin babear, notaron. Pero las imágenes revelaron rápidamente el peligro que corrían sus vías respiratorias cuando la moneda vertical iluminó sus escaneos.
«Los cuerpos extraños de las vías respiratorias, especialmente los de la tráquea y la laringe, requieren una eliminación inmediata para reducir el riesgo de compromiso respiratorio», escribieron en el informe del NEJM.
Al adolescente se le administró anestesia general mientras los médicos utilizaban unas pinzas ópticas largas, guiadas por una cámara, para sacar la moneda de su lugar ajustado. Después de tomar la moneda, volvieron a inspeccionar las vías respiratorias del niño y notaron ulceraciones en cada lado que coincidían con el borde acanalado de la moneda.
Después de recuperar la moneda, los síntomas del niño mejoraron y fue dado de alta a su casa, informaron los médicos.