Lluvia de arena y cielo anaranjado: un episodio de polvo del desierto del Sahara atraviesa Francia


Un cielo anaranjado en el Sudoeste y más bien amarillento en París. Un episodio de polvo del desierto del Sahara atraviesa Francia el martes 15 de marzo, un fenómeno confirmado por Meteorología Francia. Si el fenómeno es especialmente visible en el suroeste, donde «se intensificará»advirtió Météo-France el martes por la mañana, no tardará mucho en « subir[er] progresivo[ment] en la noche hacia Bretaña ».

Este fenómeno meteorológico debería persistir, aunque desvaneciéndose, hasta el jueves, indicaron los servicios meteorológicos franceses. No es un fenómeno excepcional, pero «más llamativa por su ámbito geográfico y su duración de pocos días».

Se explica por la ocurrencia de fuertes vientos calientes cargados de polvo de arena del desierto africano. Allí las tormentas crean ráfagas de viento en la superficie del suelo que levantan partículas de arena y polvo, explicó la Agencia Nacional de Meteorología (Aemet) en un vídeo compartido en Twitter, cuando España se vio afectada desde este lunes por el fenómeno.

Bastante frecuente, sobre todo en el archipiélago canario, situado en el noroeste de África, la «calima» afectó esta vez a España de sureste a noroeste, desde la región de Murcia hasta Cantabria. Durante la noche del lunes al martes, este polvo de arena cayó en Madrid y cubrió así coches, terrazas, plantas en balcones. Según las autoridades, la «calima» degrada profundamente la calidad del aire.

Las partículas más pequeñas quedan en el aire gracias a una diferencia de temperatura entre el aire caliente en altura y el suelo que se enfría, mientras que las más pesadas caen, detalló la Aemet. La calidad del aire era mala el martes por la mañana en las zonas afectadas: estaciones ubicadas en Madrid o en las ciudades de Segovia o Ávila (centro) midieron la calidad del aire “extremadamente desfavorable”.

El viento llevó entonces estas partículas hacia la Península Ibérica, concluyó la agencia meteorológica, que no descarta «lluvias de lodo» en España.

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