Claro, después de su convulsión, Kiri desconfía de su conexión con Pandora y los espíritus internos. Se siente incómoda, reservada, desanimada en todo momento y no está emocionalmente presente en gran parte de lo que sucede. Sin embargo, durante la lucha culminante en el mar, Kiri no tiene más remedio que involucrarse. Mientras que los demás manejan arcos, pistolas y lanzas, Kiri debe confiar en su ingenio, bueno, en eso y en su habilidad única para controlar la vida orgánica.
Mientras es perseguida por varios vehículos de buceo en aguas profundas, Kiri llama a algunos tentáculos submarinos luminiscentes para atacar a sus enemigos. Perforan el vidrio de las naves y, cuando los pilotos intentan escapar, se envuelven alrededor de los humanos, exprimiéndoles la vida. Honestamente, este es un hilo que «The Way of Water» debería haber tirado un poco más. Es una habilidad tan fascinante (y visualmente sobresaliente) que queremos ver más de ella. Lo que hay allí, sin embargo, es fantástico. Saluden a Sigourney Weaver y sus tentáculos submarinos.