Al comienzo del episodio final, el Extraño se encuentra rodeado por miembros de un culto misterioso. Las figuras encapuchadas, conocidas formalmente como el Habitante (Bridie Sisson), el Asceta (Kali Kopae) y el Nómada (Edith Poor), lo secuestran y afirman que el Extraño es su Señor Oscuro, Sauron. Nori Brandyfoot (Markella Kavenagh) y su familia vienen al rescate, defendiéndose de los cultistas de cualquier forma posible. Poppy Proudfellow (Megan Richards) y Marigold Brandyfoot (Sara Zwangobani) arrojan piedras al Morador, lo que le permite a Nori robar un bastón poderoso y dárselo al Extraño. La distracción momentánea fue sólo lo suficiente como para permitir que el mago alto use sus habilidades y el bastón contra el culto, desintegrando sus propios seres.
El momento divertido aporta ligereza a la situación bastante grave, pero también muestra cuán ingeniosos y resistentes son los harfoots. Un pueblo pacífico, los harfoots no llevan armas, solo la pura voluntad de sobrevivir y proteger a sus seres queridos. Y el Extraño es ahora uno de ellos, un amigo cercano de los harfoot y sus descendientes. Desafortunadamente, su movimiento defensivo no fue tan exitoso la próxima vez para los hobbits.