¿Los jóvenes miembros de la realeza necesitan un final feliz?


A diferencia de la segunda temporada, los tortolitos adolescentes pasan mucho tiempo íntimo juntos. Ya no tienen que ocultar su amor mutuo y se llevan muy bien. Ryding y Rudberg poseen un talento magnético cuando comparten la pantalla, un tierno abrazo de comprensión y madurez que contradice las edades de los actores y personajes. El conflicto que subyace a la tercera temporada y que ensombrece el destino de Wilhelm y Simon es la monarquía a la que Wilhelm se ha visto obligado a aceptar.

Las discusiones sobre clase y dinero siempre han estado presentes en el programa, pero toman un giro aún más profundo durante la última temporada. Los escritores toman un camino brillante para albergar conflictos. Si bien muchos fanáticos podrían haber esperado que los padres de Wilhelm se ofendieran por su relación gay, la mayor parte del resentimiento entre las partes es mucho más profundo que cualquier homofobia superficial. El estrés que soporta Simon directa e indirectamente debido a las lealtades políticas de Wilhelm se aborda con facilidad de identificación y un desarrollo lento de la trama.

El quinto episodio de la temporada aumenta la tensión varios niveles cuando Simon conoce a los padres de Wilhelm en la fiesta de cumpleaños número 17 de este último. Wilhelm se desahoga con el rey y la reina por el favoritismo que tienen hacia su difunto hermano mayor y las injustas expectativas puestas sobre él, mientras Simon observa incómodo. Simon decide que tal vez no pueda manejar toda la intensidad que hierve bajo la superficie de la familia real y que es posible que la relación deba llegar a su fin.

El programa traza sutilmente paralelismos entre la típica experiencia queer durante los años de escuela secundaria y el giro que toma la vida de Wilhelm mientras lucha tanto por el trono como por su primer amor. Una gran razón por la que el romance adolescente muere rápidamente se debe a todas las demás responsabilidades de la adolescencia. Los padres que interfieren en la vida de sus hijos confunden un amor que de otro modo sería siempre encendido. Las responsabilidades en la escuela y las aspiraciones profesionales tienen prioridad sobre las citas. Jóvenes miembros de la realeza simplemente muestra estos mismos obstáculos, pero con una mayor conciencia de cómo la división de clases separa a parejas que de otra manera estarían perfectamente emparejadas. Wilhelm y Simon no pueden relacionarse con la educación del otro porque son muy diferentes en términos de dinero, importancia política y posición social.

Lo que sí saben con total concreción es cómo se hacen sentir seguros unos a otros del mundo exterior. Con un pequeño beso o una caricia en el cabello del otro, Wilhelm puede olvidarse de liderar un reino europeo, y Simon puede dejar su relación con su padre separado en un segundo plano. Hay un afecto sincero que cada persona siente por la otra que trasciende los problemas externos de la temporada.

Es importante que los escritores le den a Wilhelm y Simon un final feliz para que los espectadores adolescentes puedan ver cómo mantenerse fiel a sus sentimientos debe tener prioridad sobre las responsabilidades sociales. El programa ha sido de naturaleza yuxtaposicional en comparación con otras series queer, pero más a nivel temático que a nivel de trama.



Source link-27