Los manifestantes climáticos tienden a ser jóvenes y propensos al radicalismo político.


Esperan demostrar que “La historia aún no está escrita”. Tras las marchas “Mira hacia arriba” del 12 de marzo, destinadas a volver a poner el clima en el centro de la campaña electoral, se espera que miles de manifestantes salgan nuevamente a las calles, el sábado 9 de abril, para hacer los próximos cinco años “los de justicia, clima, igualdad y paz”. Se organizan más de 80 «caminatas por el futuro» en toda Francia, a la convocatoria de 325 organizaciones ecologistas, feministas, antirracistas y antiprecarias (Alternatiba, Les Amis de la Terre, la Fundación Abbé Pierre, #NousToutes o la Adama comité).

“Entre la guerra en Ucrania, las crisis climática y sanitaria, la explosión de las desigualdades, el auge del discurso del odio, la violencia machista y de género, el deprimente periodo actual puede llevar al fatalismo. Queremos unirnos para proponer otra visión del mundo, deseable y sostenible”, explica Mathilde Lavelle, miembro de Alternatiba Paris. En vísperas de la primera vuelta de la elección presidencial, las organizaciones llaman a votar “teniendo en cuenta el clima y los problemas sociales”.

Personas que están muy involucradas políticamente.

Para comprender cómo ha evolucionado el movimiento climático desde las primeras movilizaciones del otoño de 2018, y cómo los manifestantes buscan traducir electoralmente su movilización, el colectivo Cantidad Crítica, integrado por investigadores en ciencias sociales, investigó la sociología y las intenciones de voto durante el última manifestación en París el 12 de marzo. Recolectaron y analizaron 486 respuestas a su cuestionario.

Esta marcha, que congregó a un público mayoritariamente joven (69% menores de 35 años), estuvo compuesta mayoritariamente por trabajadores (53%), por delante de estudiantes (28%) y estudiantes de secundaria (3%). En primer lugar, testimonia la homogeneización de un movimiento que no logra movilizar a las capas populares. Entre los trabajadores que se manifestaron, el 75% ocupaba cargos ejecutivos y profesiones intelectuales superiores, principalmente en investigación, educación y cultura. Resultados que superan ampliamente los promedios regionales e incluso los de las últimas movilizaciones estudiadas, donde esta proporción rondaba el 50%. La marcha del 12 de marzo reunió solo al 9% de empleados, 4% de artesanos y 1% de trabajadores.

El 88% dice pertenecer a una asociación, un partido político o un sindicato, el 77% ya se ha movilizado por otras causas y el 27% son vegetarianos o veganos

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