Los Soprano: explicando la escena final


Lo que realmente sucedió

“Querían saber que Tony fue asesinado. Querían verlo boca abajo en linguini, ¿sabes? Y pensé: ‘Dios, observaste a este tipo durante siete años y sé que es un criminal’. Pero no me digas que no lo amas de alguna manera, no me digas que no estás de su lado de alguna manera. ¿Y ahora quieres verlo asesinado? ¿Quieres que se haga justicia? Eres un criminal después de ver esta mierda durante siete años. eso me molestó.” – David Chase en 2021.

Hay un artículo en línea llamado ‘Los Soprano: Explicación definitiva de “El FIN”’ que parece una disertación universitaria. El autor es claramente un gran admirador de Los Sopranos, y proporciona un análisis del final tan completo que probablemente tomaría menos tiempo ver la caja completa de la serie que leer la asombrosa disección de principio a fin. Este fue el tomo que me abrió los ojos al golpe maestro de Chase. Una vez que asimilé esta interpretación, ninguna otra interpretación tenía sentido, y me castigé a mí mismo por estar ciego a su genialidad y lógica. En la sección final de este artículo voy a resumir sus puntos principales, añadiendo al mismo tiempo un poco de mi propia floritura. Piensen en ello como si me subiera a los hombros de gigantes (los de Chase y los del perspicaz autor del blog) para difundir mejor las revelaciones de mi soprano‘ sermón.

Así que revisemos la escena final una vez más, y esta vez agreguemos algo de carne a la sinopsis…

Tony se sienta en su mesa, luciendo resignado y letárgico. Es menos el vigilante jefe de la mafia y más simplemente otro Joe normal; uno entre un millón de hombres de mediana edad, de clase media y con sobrepeso sentados en restaurantes de todo el país esperando las comodidades gemelas de los aros de cebolla y la familia. Hay imágenes dispuestas en la pared detrás de Tony que sirven como un guiño astuto a la audiencia, particularmente la de la antigua mansión que se parece inquietantemente a la de sus propios sueños de coma cercano a la muerte. Tony selecciona “Don’t Stop Believin’” de Journey de la máquina de discos.

Aquí es donde Chase empieza a volverse inteligente. Cada vez que se abre la puerta del restaurante, suena el timbre y vemos a Tony mirando hacia la dirección del ruido. En la siguiente toma vemos a quien entra por la puerta desde el punto de vista de Tony, o a través de sus ojos, si se prefiere. La campana establece un patrón de disparos y provoca en nosotros una respuesta pavloviana. Aprendemos a anticipar la secuencia: suena la campana, Tony mira hacia arriba y sabemos que lo que sigue inmediatamente a esas cejas expectantes levantadas es lo que Tony está viendo en ese segundo exacto. Ding, cejas arqueadas, ojos, ding, cejas arqueadas, ojos.

Carmela (Edie Falco) llega primero, seguida por AJ (Robert Iler), y a su alrededor, mientras se sientan en su stand, bailan los fantasmas del pasado de Tony: tipos que parecen tipos que han intentado matar a Tony; tipos que parecen tipos que Tony ha matado. Sabemos que algo anda mal, pero no sabemos qué. Toda la escena es un creciente y silencioso grito de tensión. Cada momento y movimiento está preñado de pavor. Sabemos –sólo sabemos– que algo grande –algo malo– va a suceder. Estos son, después de todo, los últimos minutos de la escena final, del episodio final, de la temporada final. Esto es todo… Tic, tic, tic. Ding, cejas arqueadas, ojos. Tic, tic, tic.



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