la prefectura de Mayotte prohibió el consumo de agua del grifo en una parte del archipiélago, que ya se enfrenta a una escasez de agua sin precedentes, tras detectar rastros de metales pesados »más allá de los umbrales de alerta».
«Los resultados de los análisis ponen de relieve la presencia de metales pesados en el agua tratada, más allá de los umbrales de alerta», anunció la prefectura en un comunicado de prensa publicado el martes por la tarde. Añade que «el agua no es potable y en ningún caso puede consumirse para los siguientes usos: bebida, preparación de alimentos e higiene bucal», precisando que «dada la naturaleza de los parámetros detectados, ni hervir ni añadir cloro no mejora la agua potable.
“Se detectaron rastros de plomo”
El martes se tomaron nuevas muestras y se enviaron a un laboratorio en Francia continental para confirmar este resultado. Según Olivier Brahic, director general de la agencia regional de salud (ARS) de Mayotte, que organizó una conferencia de prensa el miércoles con el prefecto Thierry Suquet, «se han detectado rastros de plomo en algunos tubos», pero no se ha identificado el origen del problema. .
«No tenemos tuberías de plomo, no lo entendemos», prosiguió el director general de la ARS, precisando que «los riesgos para la salud no son inmediatos, sino que existen a medio y largo plazo». Entre las hipótesis planteadas figura el bajo nivel de los embalses de las colinas, mientras que el departamento más pobre de Francia se ve afectado por una sequía excepcional.
«Se trata de una hipótesis que no se puede descartar», admitió Olivier Brahic, mientras que Thierry Suquet aseguró por su parte que «si los depósitos presentan trazas de metales pesados, no los utilizaremos». En julio, Estelle Youssouffa, diputada Liot de Mayotte, declaró ante la Asamblea Nacional «que cuando las reservas están en su punto más bajo, el agua se concentra en metales pesados y otros minerales como el flúor, el manganeso, el arsénico o los sulfatos». Afectados por una escasez de agua sin precedentes debido a una sequía excepcional, a la falta de infraestructuras y de inversiones, los habitantes de Mayotte ya sólo tienen acceso al agua dos días de cada tres.