En su discurso de graduación, Yeoh elogió los avances recientes en la industria del cine, pero enfatizó que «la inclusión no es un destino, es un viaje interminable».
No es necesario viajar a través del multiverso para encontrar una dimensión donde exista la Dra. Michelle Yeoh. Ya estamos viviendo en él.
La estrella de «Everything Everywhere All at Once» recibió un doctorado honorario del American Film Institute el domingo, con los directores de la película Daniel Kwan y Daniel Scheinert presentes para presentársela en el Teatro Chino TCL (a través de The Hollywood Reporter).
“Has hecho de mi madre la madre más feliz del mundo hoy”, dijo Yeoh después de aceptar el honor. “Creo que ahora ella realmente piensa que soy un adulto con un trabajo real. Tenía que seguir diciéndole: ‘No soy un médico de verdad, no escribo recetas, mamá’. Pero ella puede andar diciéndoles a todos: ‘Mi hija es doctora’”.
Yeoh procedió a hablar sobre los cambios masivos que ha presenciado en la industria del entretenimiento en los últimos años, elogiando no solo la mayor diversidad en las películas, sino también el acceso sin precedentes al contenido que ahora disfrutan las audiencias de todo el mundo. Para los cineastas y otros creadores, eso conlleva tanto la oportunidad de hacer más arte como la responsabilidad de hacerlo de una manera que genere un impacto.
“Estamos siendo testigos de un cambio profundo: mayor inclusión, historias más diversas, acceso más amplio y alcance global ilimitado”, dijo. “Hemos demostrado en nuestro trabajo y en la taquilla que estamos listos para las oportunidades y merecemos más. Pero la inclusión no es un destino, es un viaje interminable. Siempre hay más que podemos hacer para mejorar nuestra narración y depende de ustedes, la próxima generación de cineastas, mantener ese impulso”.
En lugar de simplemente elogiar los avances recientes, Yeoh usó gran parte de su discurso de graduación como un llamado a la acción, alentando a los graduados a tomar en serio sus carreras cinematográficas y continuar impulsando el progreso donde sea que puedan.
“Contar historias es un privilegio que ninguno de nosotros debería dar por sentado”, dijo. “Somos viajeros en el tiempo, constructores de mundos, creadores de cambios. Una escena que filmas un martes promedio puede sembrar los sueños de un niño pequeño en algún lugar lejano, inspirar a una futura superestrella o incluso iniciar una conversación importante en nuestra sociedad”.
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