Windows 11 parece estar listo para contar con la ayuda de la IA para hacer que el escritorio se vea un poco más elegante, aunque se podría cuestionar la sabiduría de seguir este camino.
Esta filtración proviene de Albacore, una conocida fuente de filtración de Microsoft en Twitter (señalada por Betanews (se abre en una pestaña nueva)), que detectó un interruptor de ‘Efectos de profundidad’ en las opciones de Personalización (en Configuración) en la última versión preliminar de Windows 11.
«Cuando esté disponible, use AI para agregar efectos de profundidad a las imágenes de fondo» ? pic.twitter.com/1EJnvuy81G4 de marzo de 2023
Como muestra la captura de pantalla en el tweet anterior, la nueva configuración permite el uso de IA para «agregar efectos de profundidad a las imágenes de fondo». Podemos adivinar que esto agregará algo de profundidad 3D a cualquier fondo dado en el escritorio, y la IA descubrirá cómo hacerlo de la manera más efectiva posible.
El control deslizante está en la compilación de vista previa, pero no funciona y no hace nada en este momento. Presumiblemente, eso cambiará en las compilaciones en un futuro cercano, dado que en realidad es visible en la interfaz de usuario a partir de la última vista previa.
Análisis: ¿Una muestra de lo que vendrá?
Por supuesto, la IA es lo más importante en estos días, en Windows y en otros lugares. Microsoft inició recientemente un proyecto importante con el chatbot de Bing, que acaba de incorporarse a la barra de tareas en Windows 11 (excepto que no realmente, discutimos lo que sucedió en profundidad aquí).
En la esfera informática, también hemos visto no solo chatbots y autores de IA, sino también la creación de obras de arte impulsadas por inteligencia artificial, por lo que quizás llevar la IA a la interfaz de un sistema operativo sea el siguiente paso lógico.
Es cierto que agregar un poco de efecto 3D (presumiblemente) al fondo de pantalla del escritorio es un paso muy pequeño, pero no obstante es un paso discernible. Es bastante fácil imaginar un futuro en el que la IA no solo anima lo que está viendo en el escritorio, sino que quizás predice lo que podría necesitar en términos de funcionalidad.
Actualmente, Microsoft está experimentando con el tiempo que tarda en aparecer el control flotante de diseños instantáneos, por ejemplo, y tal vez eso podría ajustarse de manera inteligente para que aparezca realmente ágil (ejem) para aquellos que usan mucho esa función en particular.
Microsoft también está jugando con recomendaciones y sugerencias personalizadas en la interfaz de todos modos, pero el problema con esto es que hay una delgada línea entre una recomendación y un anuncio.
Del mismo modo, cuando se trata de embellecer la interfaz, lo que los usuarios no quieren es una mejor estética a expensas del rendimiento y la capacidad de respuesta en el escritorio. Dicho esto, el hecho de que estas características sean opcionales garantiza que si no le gusta algo, no tiene que usarlo (como es el caso de esta nueva configuración de efectos de profundidad).
Sin embargo, es difícil no preocuparse por lo que podría suceder cuando la IA entra en un juego más amplio con Windows de esta manera. Especialmente cuando observamos lo que sucedió con el lanzamiento de Bing AI, que rápidamente se metió en problemas en todo tipo de frentes, aunque es cierto que todavía es una etapa muy temprana para el chatbot.
Aún así, la IA, por su propia naturaleza, es impredecible: cómo aprenderá, reaccionará e implementará las cosas, por lo que puede que no sea tan inteligente moverse demasiado rápido para introducir la inteligencia artificial infundida en la interfaz de Windows. Lecciones que el bot de Bing ya nos ha dejado bastante claras…