Moto GP: Fabio Quartararo no quiere soltarse y se dice «siempre ahí para la batalla»


Él está de vuelta a la pared. El piloto de motos francés Fabio Quartararo no tiene más remedio que lograr una hazaña. Al caer durante el Gran Premio de Phillip Island, lo que resultó en un tercer resultado blanco en el espacio de cuatro carreras, el francés perdió el liderato en la clasificación de Moto GP y ahora se encuentra a 14 puntos del líder Francesco Bagnaia.

Malas actuaciones recientes y sucesivas que incluso sorprendieron a su oponente directo en la carrera por el título, quien recientemente declaró: «No sé qué pasó. Pero es obvio que Yamaha tiene problemas en la carrera en este momento. Su motor es un poco más débiles que los motores de otros fabricantes».

«Un circuito que aprecio»

Pero el francés todavía quiere creerlo. Cuestionado tras el Gran Premio de Australia del pasado fin de semana, Fabio Quartararo se mostró combativo: «Malasia, es un circuito que aprecio, tengo buenos recuerdos allí». Y por una buena razón, incluso si el francés solo corrió en el circuito internacional de Sepang durante su temporada de novato (luego había terminado séptimo en el Petronas-Yamah), sin embargo, logró la pole position.

Lo que le hace esperar y vislumbrar una pelea final durante el último Gran Premio de la temporada en Valencia, el 6 de noviembre.

Más de 50 puntos para tomar

Solo quedan dos Grandes Premios para esta temporada 2022. Por lo tanto, el actual campeón del mundo no tiene otra opción que terminar dos veces por delante de Francesco Bagnaia. “Siempre estamos ahí para la batalla”, quiso tranquilizar el piloto. Y para estos dos Grandes Premios restantes, habrá 50 puntos en juego. Alcanzar a los 14 detrás de Francesco Bagnaia será una misión difícil pero no imposible, incluso si implica dos hazañas.

El francés, perdiendo confianza, solo ha terminado una vez entre los cinco primeros desde su último éxito, celebrado en el Gran Premio de Alemania antes del inicio del verano. Resultados a media asta por culpa de su moto Yamaha. Esta última exige «un estilo de conducción diferente al de todas las demás motos», certifica el interesado.

Difícil, por tanto, que se preste a cualquier pronóstico para el vigente campeón del mundo que no lo soltará hasta la última recta.



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