Mundial de Clubes: la final ante el Manchester City, “un cartel de videojuego” y un “sueño despierto” para el Fluminense


La afición del Fluminense llevaba años soñando con ello. Al vencer al Boca Juniors argentino (2-1 después de la prórroga) el 4 de noviembre, los cariocas ganaron la primera Copa Libertadores –el equivalente a la Liga de Campeones en Sudamérica– de su historia. Más de sesenta años de espera desde la creación del concurso. Una eternidad para uno de los equipos de fútbol más antiguos de Brasil, fundado en 1902.

Este éxito también permitió a los compañeros de Marcelo descubrir otro torneo: el Mundial de Clubes. Éste reúne, durante diez días, a los seis campeones de las diferentes confederaciones (africana, asiática, europea, norte y centroamericana, sudamericana y oceánica), así como al ganador del campeonato del país organizador. El viernes 22 de diciembre, a las 19 horas, en Jeddah, Arabia Saudita, “Flu” se enfrenta al Manchester City para intentar conquistar el título de campeón del mundo.

A diferencia de los europeos que no ocultan su desinterés por esta competición, regida por la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), la final de este viernes se toma muy en serio en Río de Janeiro. “Es una utopíase alegra Joao Müller Moura, fotógrafo del Fluminense. ¡Para mí el Manchester City-Fluminense es un cartel de videojuego! Nunca pensé que vería esto en la vida real. » Marco Duarte, que nunca falta a un encuentro con su equipo favorito, advierte a los ciudadanos contra cualquier exceso de confianza: “El Gripe querrá mostrar su verdadero nivel al mundo entero, las ganas del equipo para este partido son surrealistas”insiste este partidario.

Un club con jugadores históricos

Con sede en el exclusivo distrito de Laranjeiras, Fluminense no tiene las mismas características que los demás clubes de la ciudad. “Nunca será un club popular, como Vasco da Gama o Flamengoexplica Sonny Anderson, ex internacional brasileño y ahora consultor de BeIN Sports. La mayoría de los ricos de Río lo apoyan. »

Si bien su palmarés no es el más llamativo del país –cuatro campeonatos y, por tanto, una Copa Libertadores–, los “Tricolores” pueden presumir de ciertas bazas. Además de jugar en casa en el mítico estadio Maracaná, el club ha visto pasar por sus filas a jugadores históricos de la Seleçao (la “selección”). Podemos citar a Preguinho, primer goleador de Brasil en el Mundial de 1930, a Rivelino, considerado uno de los mejores dirigentes de la historia del país, o más recientemente al defensa Thiago Silva, que jugó en el AC Milan, Paris Saint-Germain y quien hoy viste los colores del Chelsea.

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