Nelson Carlos De Los Santos Arias crea la fábula poscolonial ‘Pepe’, asumiendo el infame zoológico de Pablo Escobar: ‘La imaginación no es propiedad de Disney’ Lo más popular Debes leer Suscríbete a los boletines de variedades Más de nuestras marcas


En “Pepe”, Nelson Carlos De Los Santos Arias cuenta la historia de un hipopótamo muy especial. O mejor dicho, permite que el hipopótamo cuente él mismo la historia.

“Pablo Escobar trajo tres hipopótamos a Colombia en 1981. Fue ‘el pionero’ entre los narcotraficantes que invirtieron en mascotas exóticas. Cuando tuvo que abandonar su mansión [Naples Estate] y huyan, eran tantos. Leones, elefantes”, relata el director dominicano.

Pero fueron los hipopótamos los que lograron adaptarse a su nuevo entorno, aprovechando los ríos sudamericanos.

“Es la primera manada salvaje fuera de África. Inicialmente, había un macho alfa, Pablito, y Pepe luchó contra él y perdió. Fue el primer macho que abandonó la manada. ¡Para la gente que lo vio, parecía un monstruo!

Pronto, una cacería estaba en camino.

«Cuando terminé [previous film] ‘Cocote’, estaba tan cansada. Fui a Colombia, con una mochila, y visité a un amigo mío, el pintor Camilo Restrepo. Tenía esta figura de un hipopótamo mirando pequeños soldaditos de juguete. Le estaban apuntando con sus armas. Camilo me contó esta historia, muy mal, y me enamoró”, admite.

“Cada país tiene sus propios traumas y neurosis. En Colombia, es el narcotráfico. Para algunas personas, Pepe era Pablo Escobar. Pero no soy colombiano y no me importa Pablo Escobar, así que para mí esto se trataba de otra cosa”.

“Pepe” está producida por Monte & Culebra (República Dominicana) y coproducida por 4 A 4 Productions (Francia), Pandora Film (Alemania) y Joe’s Vision (Namibia).

En la película, que compite por el Oso de Oro de la Berlinale, Pepe admite con nostalgia: “Mi historia sólo pudo contarse cuando se convirtió en la historia de ellos”. Pero De Los Santos Arias lo vio como una oportunidad para hablar sobre el poscolonialismo, mientras intentaba responder una pregunta apremiante: ¿Qué dice el hipopótamo?

«Fue un proceso largo. ¿Recuerdas ‘ThunderCats’? Piensa en Mumm-Ra”, se ríe, recordando al villano animado.

“Cuando un amigo escuchó la voz de Pepe, dijo: ‘Nelson, ¿qué carajos es eso?’ Para mí, este sonido era como música. Provenía de algún instrumento extraño. [now, Pepe is voiced by Jhon Narváez]. No quería que pareciera demasiado «profesional», porque conduce a la homogeneización. Vengo del cine experimental y el objetivo es hacer algo que no hayas visto antes”.

Pepe

Pepe, el hipopótamo filosofal, puede parecer extraño, pero lo que dice es profundamente político, subraya De Los Santos Arias.

“Este hipopótamo, esta manada, es otro ejemplo de migración histórica. Vivimos en un mundo diseñado por la cultura occidental. Por los europeos, por la colonización. En ese sentido, no existe tal cosa como «nosotros». Siempre está ‘ellos’, siempre está ‘el otro’”.

La aparición de Pepe despierta miedo en la población local, pero también fascinación. O una auténtica obsesión, que algunos intentan capturar como Ahab en “Moby Dick”.

«Yo también estaría obsesionado con eso».

“En los laboratorios de guión, cada vez que quería concentrarme en los personajes secundarios por un tiempo, me decían: ‘Oh, extraño a Pepe’. No. La idea detrás del colonialismo era esta división entre pueblos «civilizados» e «incivilizados». Veo el cine como una conversación, que surge de la oralidad más que del lenguaje escrito”, señala.

“Dicho esto, un hipopótamo es un animal muy, muy extraño. Parece una vaca y luego un cocodrilo cuando se sumerge en agua. Imagínate: es tu río, tu padre y tu abuelo pescaban allí en paz y, de repente, aparece un hipopótamo. ¡Y ni siquiera sabes qué es!

También creó su homólogo animado, que vive sus propias aventuras en la pantalla del televisor.

“No podemos hablar de imaginación sin hablar de americanización –también a través de la televisión– y existe esta caricatura de Hanna-Barbera llamada ‘The Peter Potamus Show’. Quería usarlo, pero no estaba permitido, así que lo hicimos nosotros mismos”, dice el director, admitiendo que quería dejar atrás el realismo extremo para variar.

“Las películas latinoamericanas son muy solemnes, pero déjenme decirles algo: nuestra sociedad es más divertida que la de Estados Unidos. Y, sin embargo, no nos atrevemos a entretener a los espectadores. ¿Por qué nuestras películas son tan aburridas? A la mierda eso”.

“¡Es muy importante trabajar con fábulas y lo imaginario y, sin embargo, la fantasía es el género más colonizado que existe! Muchos suponen que para un país pobre es imposible contar este tipo de historia. Pero la imaginación no es propiedad de Disney”.



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