El ejercicio le enseñó mucho a Braun, no solo sobre su nuevo personaje, sino sobre la humanidad en general. «Sabes, la gente se queda en las conversaciones mucho más tiempo de lo que crees», observó. «Yo estaba como, ‘¿Todavía? ¿Todavía estás dispuesto a que hable sobre tu anillo en tu mano o lo que llevas puesto?’ Como, la gente simplemente no quiere dejar una conversación. Así que seguí y luego, creo que gané la mayor parte del tiempo… les gané».
Por supuesto, «ganar» una conversación es una habilidad importante en el mundo de Waystar Royco, donde cada sala de juntas es un campo de batalla. Cada personaje adopta una táctica diferente. Para Greg, socializar es un desafío de resistencia. Está dispuesto a recibir una paliza conversacional y volver a ponerse de pie si eso significa que puede quedarse un poco más. «La gente a veces pregunta: ‘¿Qué está haciendo Greg ahí dentro? ¿Qué quiere? ¿Por qué sigue dando vueltas?'», señaló Braun en una entrevista con The New York Times. «No estábamos jugando estos grandes juegos largos».
Cuando se trata de las motivaciones ultrasecretas de Greg, en realidad son bastante simples. «Greg solo quiere cosas estúpidas: un traje nuevo, buenos zapatos», admitió el actor. Esta ligereza de motivo detrás de las tomas de poder de Greg es casi un complemento perfecto para los hermanos Roy, cuyos motivos no tienen nada que ver con el dinero y el lujo y todo que ver con lo inmaterial: amor, propósito y la aprobación de su padre. Ahí radica la comedia y el éxito secreto de Greg y el jefe final, Tom. «No crecieron en esta dinámica de Logan derribándolos, construyéndolos y aplastándolos de nuevo», explicó Braun. «Estructuralmente, necesitas algo de contraste porque, de lo contrario, estás en las cosas más serias».