Cuando conocemos al primo Greg, tiene el nivel de madurez de un estudiante de secundaria. Es un hombre-niño con cabello desgreñado y ropa arrugada que no le queda bien, y una predilección por drogarse en el trabajo como una mascota disfrazada en uno de los parques temáticos de Waystar. Pero a medida que se incorpora al círculo íntimo de la familia Roy, a pesar de que todos todavía lo tratan como un chiste y un saco de boxeo, todo comienza a cambiar. Esos sutiles cambios estéticos y físicos tampoco son accidentales, como cabría esperar de un programa tan estrictamente escrito y orientado a los detalles como «Succession». Como dijo Nicholas Braun a The AV Club en una entrevista en junio pasado:
«Me gusta ser intencional en todos los aspectos físicos junto con la escritura en cómo [Greg] se vuelve más confiado. Se trata del cabello, la calidad de los trajes. … Si el traje es más holgado, es un tipo más descuidado. Depende literalmente del largo y el nudo de la corbata, la calidad de los zapatos o la raya del cabello. […] Su postura y su voz evolucionan, ya no tartamudea tanto. Vocalmente, no puedo estar en el registro inferior como el resto de la sala. Tengo que ser más alto, como una vibra de ‘mira aquí'».
Dada la forma en que el sentido de la moda, el estilo y la astucia de Greg se han disparado en las primeras tres temporadas, estamos ansiosos por ver la siguiente etapa de su metamorfosis. Tal vez la temporada 4, que se estrenará el 26 de marzo en HBO y HBO Max, sea el año en el que encuentre su forma final.